Pero quién fue León XIII?

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En estos últimos días, mucho se ha hablado y escrito sobre la elección de Robert Francis Prevost como nuevo Papa. Pero al haber elegido el nombre de León XIV, me parece importante revisar quién fue León XIII, quien lo inspiró.

Cuando en el segundo día del cónclave, durante la cuarta votación, se vio que uno de los cardenales lograría los 89 votos necesarios para llegar a los dos tercios, Prevost se puso nervioso. Cuando se confirmó el resultado, el colegio cardenalicio estalló en aplausos, dentro de la Capilla Sixtina, y él tuvo que pararse de su silla y decir que aceptaba el encargo de dirigir a la Iglesia. A renglón seguido, comunicó el nombre elegido: León XIV. Ese fue el primer gesto que hizo pensar que ser trataría de una continuidad con el legado de Francisco, por la importancia de la justicia social como vínculo entre aquel papa de fines del siglo 19 y el argentino, con el Concilio Vaticano II (década del ’60) en el medio.

Este sábado, el nuevo Papa se reunió con el Colegio Cardenalicio y explicó la elección: “Hay varias razones, pero la principal es porque León XIII, con la histórica Encíclica Rerum Novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la gran revolución industrial y hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo”.

Además, León XIV dio otros signos claros de por dónde irá su pontificado. Pidió adherir plenamente al Concilio Vaticano II, que renovó la Iglesia, acercándola a los pueblos, y reivindicó en ese sentido el trabajo de Francisco que “recordó y actualizó magistralmente los contenidos de aquella histórica asamblea en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium”.

Por último, el nuevo Papa pidió para la Iglesia y marcó la cancha a los cardenales reclamando: “la conversión misionera de toda la comunidad cristiana; el crecimiento de la colegialidad y de la sinodalidad; el cuidado amoroso de los últimos y descartados; el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diversos componentes y realidades”. Traducido y simplificado es: una iglesia más horizontal y democrática, seguir pensando y hablando de los pobres, y continuar en el camino del diálogo interreligioso.

Doctrina Social de la Iglesia

En otro cónclave, allá por 1878, fue elegido Papa el cardenal Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci, quien tomó el nombre de León XIII. Tuvo un papado largo, de 25 años, hasta 1903 cuando falleció a los 93 años.

En su encíclica Rerum Novarum, de 1891, puso blanco sobre negro en cuanto al apoyo a los derechos laborales, condenó “la opresión de los pobres por parte de un puñado de gente muy rica” y respaldó la formación de sindicatos. Por otra parte, también en esa encíclica defendía el derecho a la propiedad privada y condenaba al socialismo, por ser impulsor del ateísmo.

Para entender esto es necesario contextualizar. Principalmente en el mundo occidental, la “segunda revolución industrial” sumía a la clase trabajadora en la pobreza y en condiciones infrahumanas de trabajo. Los obreros, en el norte de Europa y en Estados Unidos, trabajaban 12 o 14 horas diarias. De ahí las luchas por la jornada laboral de 8 horas, que desembocó en Estados Unidos en una ola de huelgas y movilizaciones y en los recordados “Mártires de Chicago”.

En el caso de las mujeres trabajadoras, las condiciones eran aún peores, y lo mismo para los niños, que eran explotados cruelmente por los patrones. A pesar de todos esos sacrificios, las familias trabajadoras vivían en condiciones inhumanas. Y todo esto hacía que avanzara en el mundo entero el socialismo, con sus distintas variantes, como una forma de toma de conciencia de la clase obrera y su posterior acción de lucha. Pensemos que la Rerum Novarum es de 1891 y que en 1905 se produjo la primera revolución frustrada en la Rusia de los zares. En 1910 tuvo lugar la Revolución Mejicana, con un carácter más rural que obrero, pero también en contra de las desigualdades e injusticias sociales. Y en 1917 por fin, el éxito de la Revolución Bolchevique.

En ese contexto, la Rerum Novarum de León XIII intenta una vía intermedia o una tercera posición, poniendo un freno al sistema de explotación capitalista, pidiendo por derechos básicos para los trabajadores y tratando de evitar de esta manera la solución socialista.

De esta Doctrina Social de la Iglesia surgieron, más adelante, los partidos demócrata cristianos y social cristianos por todo el mundo occidental (Europa y América), y, obviamente, el peronismo en la Argentina.

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