Cargar el coche mientras conduces: así es la primera carretera eléctrica permanente

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Uno de los mayores desafíos del mundo en la actualidad es la contaminación y, por tanto, la sostenibilidad. Este reto se ha convertido en una auténtica prioridad global, aunque Suecia ha dado un paso histórico con la construcción de la primera carretera electrificada permanente del mundo, un proyecto que permitirá a los vehículos eléctricos (VE) cargarse mientras se desplazan, sin necesidad de detenerse en estaciones de carga.

La iniciativa surge en respuesta a la normativa de la Unión Europea que establece que, a partir de 2035, todos los automóviles nuevos deberán tener cero emisiones netas de CO2. En lugar de ver este mandato como un reto, Suecia lo ha convertido en una oportunidad de innovación, apostando por un modelo de infraestructura que podría marcar un antes y un después en la movilidad eléctrica.

Las carreteras electrificadas suecas podrían revolucionar la movilidad eléctrica | Freepik

La autopista E20: el epicentro de la primera carretera electrificada permanente

El proyecto piloto se está desarrollando en la autopista E20, que conecta tres de las ciudades más importantes del país: Estocolmo, Gotemburgo y Malmö. Esta ubicación estratégica facilita su implementación y maximiza su impacto logístico y económico.

La carretera electrificada combina tecnologías de carga conductiva e inductiva. La carga conductiva utiliza rieles integrados en la carretera que se conectan físicamente con los vehículos mediante brazos retráctiles, mientras que la carga inductiva transmite energía de forma inalámbrica mediante campos electromagnéticos generados por bobinas bajo el asfalto, que interactúan con receptores instalados en los vehículos.

Esta tecnología, ya probada en otros entornos como tranvías y trolebuses, ahora se aplica a vehículos de carga pesada, autobuses y turismos eléctricos, con la ambición de integrar esta solución en la red vial nacional a gran escala.

El nuevo paradigma para la movilidad eléctrica

Estas carreteras electrificadas pretenden acabar con uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los conductores de vehículos eléctricos: la ansiedad por la autonomía. Al permitir la carga en movimiento, los usuarios ya no tendrán que depender exclusivamente de puntos de carga fijos ni sufrir demoras por tiempos de espera.

Algunas de las múltiples ventajas que presenta este sistema, no solo para la movilidad, se incluyen:

  • Mayor eficiencia energética, ya que la electricidad es considerablemente más económica que los combustibles fósiles.
  • Accesibilidad rural, con un sistema que no requiere nuevas estaciones, beneficiando a zonas menos desarrolladas.
  • Reducción significativa de emisiones de carbono, en especial en el transporte de mercancías.
  • Disminución de costes de fabricación al permitir el uso de baterías más pequeñas y ligeras.

El proyecto también busca impulsar la economía verde, fomentando la creación de empleo en sectores tecnológicos y atrayendo inversión internacional en infraestructura sostenible.

A pesar de los avances, la implementación de estas ”e-roads” no está exenta de desafíos. Se estima que el coste por kilómetro ronda los 30 millones de coronas suecas (unos 2,7 millones de euros al cambio), a lo que se suman los gastos de mantenimiento, especialmente para sistemas enterrados susceptibles al desgaste por condiciones climáticas.

Otro obstáculo clave es la falta de estándares internacionales unificados. Para resolver esto, Suecia colabora con países como Alemania y Francia en la armonización de tecnologías. Mientras Francia favorece rieles conductores para transporte pesado, Suecia continúa evaluando la carga inductiva como solución más versátil.

Además, algunas potencias mundiales como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o la India están estudiando implantar proyectos similares a este. Algo que deja claro que la nueva “carrera espacial” son las energías verdes. De hecho, desde Trafikverket (Administración de Transporte de Suecia) aseguraban que “carreteras eléctricas es una prueba de que podemos adaptar nuestra infraestructura a los desafíos del siglo XXI. No se trata solo de reducir emisiones, sino de repensar la forma en la que nos movemos y conectamos”.

En definitiva, Suecia está redefiniendo la movilidad a gran escala con estas carreteras electrificadas permanentes. Además, está demostrando que la sostenibilidad y la innovación deben ir de la mano, sentando las bases de un modelo global de movilidad limpia, eficiente e inteligente.

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