Los vecinos que habitan en el norte del Valle de Punilla viven con miedo. Desde hace meses, soportan una ola de delitos que sigue incrementándose y aseguran que no tienen respuestas. La inseguridad se apoderó de la región y pese al reclamo de los intendentes y jefes comunales, las autoridades policiales se llamaron a silencio y buscan evitar que se den a conocer los hechos que ocurren a diario en la región.
Días atrás, un informe del Observatorio de Seguridad y Convivencia de COPEC dio a conocer que Punilla es el segundo departamento con más delitos dentro de la Provincia de Córdoba.
Las autoridades policiales en lugar de combatir la delincuencia, optaron por lo más fácil: esconder bajo la alfombra lo que pasa.
Ante esta realidad, son muchos los mandatarios de la región que han optado por salir a patrullar las calles con móviles de Seguridad Ciudadana y avanzar con acciones de prevención.
Desde la Departamental Punilla Norte se mantiene un silencio hermético sin dar respuestas ante las reiteradas consultas por saber qué acciones se están realizando para bajar los índices delictivos.
Vecinos se comunicaron con EL DIARIO para expresar su preocupación por lo que sucede en la zona y aseguran que todo el corredor se ha convertido en «tierra de nadie». La situación ha llevado a los ciudadanos a tomar medidas desesperadas, algunos han cambiado el recorrido para ingresar a sus hogares, otros decidieron dejar de salir de noche o incrementar las medidas de seguridad con la colocación de alarmas y rejas.
A ciertas horas de la noche, los móviles policiales dejan de circular por las ciudades y no aparecen ni siquiera cuando los llaman.
Una vecina de la localidad de Cosquín expresó: «No podemos salir tranquilos a las calles, vivimos en un barrio apartado y después de determinado horario tengo que mandar mensaje a mis hijos para avisar que llegue bien a casa. Los arrebatos suceden a cualquier hora del día. Algunos vecinos han sufrido robos en sus propiedades en más de una ocasión».
Otro vecino de Santa María de Punilla aseguró: «La Policía sabe quiénes son los que nos roban, llamamos, denunciamos y damos los nombres, pero no hacen nada. Nos presentamos a la comisaría y muchas veces nos dicen que no tienen móviles o recursos. No podemos vivir más así, estamos realmente cansados de esta situación».
La situación se repite en Capilla del Monte, La Cumbre, Huerta Grande y La Falda, sin que haya una respuesta policial.