Detuvieron a Leandro Luis Tulia, de 53 años, por denuncias de abuso. El detenido fue entrenador de vela del Yacht Club de Olivos durante al menos 12 años.
Tulia está acusado de abuso sexual a al menos cuatro mujeres, las cuales presentaron su denuncia, entre las que se encuentra la medallista olímpica Eugenia Bosco.
Bosco explicó que recordó haber sido abusada hace cinco años, cuando veía el documental Atleta A, que aborda las denuncias de abusos de gimnastas estadounidenses de la misma índole. «No podía creer lo que veía y lloraba. Se me desbloqueó el recuerdo. Y pensaba: ‘Esto me pasó a mí’.
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Otra de las víctimas, identificada como Carolina, se presentó ante la Justicia el 4 de noviembre de 2024 por hechos que ocurrieron entre los años 2010 y 2013.
Carolina compartió su experiencia de infancia en un club de Olivos, donde practicaba vela. Su entrenador, Tulia, tenía una relación cercana con los atletas, ya que los acompañaba a las competencias sin el acompañamiento de los padres.
Durante estas salidas, que se extendían entre 15 y 20 días, como dijimos anteriormente, Leandro solicitaba que no hubiera padres presentes, lo que generaba un entorno propenso para que él pudiera disponer de las adolescentes.
El relato de Carolina afirmó que el exentrenador «le pedía que se quedara en su habitación y le decía que le realizaría masajes para que no estuviera tensionada, acariciando sus piernas y tocando sus partes íntimas».
En base a las denuncias, la Justicia determinó que todas las mujeres lo acusaron de tocamientos no consentidos, aprovechándose de su posición de autoridad como entrenador mientras estaba a cargo de las menores.
Por otra parte, la medallista de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024 agregó: «Sucedió cuando era muy chica, navegando en Optimist. No sé cómo explicarlo, pero fue algo que pasó, que no lo controlé. Tenía 11 o 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par de años, que lo pude ver, trabajando y con gente acompañándome.»
«Lo pude volver a mi mente y arrancó otro proceso. Yo sabía que había algo en mí, no sabía de dónde venía, pero sabía que había algo. Y cuando esto vino, empecé a entender un montón de cosas», expresó la deportista y sostuvo que «es una edad en la que empezás a clasificarte a campeonatos, a viajar sola, a tener un grupo donde te mezclás mucho».
«Pasé por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que yo era la culpable. Después de un tiempo, lo puse en la mesa y dije: ‘Yo era chica, no tenía el control de esta situación'», lamentó sobre lo ocurrido; sin embargo, reconociéndose como alguien que no tenía responsabilidad de lo ocurrido.