Turquía ha detenido a 357 personas este martes durante una macrooperación policial en todo el país, todas ellas acusadas de pertenecer al Estado Islámico (EI). Esta enorme cifra de detenciones, realizada en 21 provincias simultáneamente, llega apenas 24 horas después de una mortal redada policial en la ciudad de Yalova, pocos kilómetros al sur de Estambul.
Esa redada, empezada durante la madrugada de este lunes, se convirtió en un sitio a la vivienda donde se encontraban los supuestos yihadistas: en tiroteos y combates que duraron más de siete horas murieron tres policías y seis presuntos miembros del EI, según confirmó el ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya.
«Justo como nunca hemos dado una sola oportunidad a todos aquellos que hasta ahora han intentado doblegar a nuestro país a través del terrorismo, tampoco lo permitiremos en el futuro», ha declarado en redes sociales este martes por la mañana Yerlikaya, que también ha compartido un vídeo de varias de las detenciones durante la noche de este lunes a martes.
Tan solo en Estambul, según la fiscalía, la policía turca ha realizado operaciones en 114 viviendas este martes. Turquía, así, ha entrado durante esta campaña de navidades en una ola de redadas policiales contra el EI.
A las operaciones de esta semana se suman varias en la semana anterior, en las que las autoridades turcas detuvieron a 115 personas: Ankara asegura que el grupo yihadista preparaba ataques contra lugares regentados por turistas y la pequeña minoría cristiana del país, sobre todo durante la noche de fin de año.
Recuerdos del pasado
Turquía, como Europa, ha dejado atrás los peores años de ataques y atentados del EI, que hicieron sangrar enormemente al país anatolio, sobre todo durante 2016: ese año, el grupo yihadista llegó a realizar casi un atentado mensual en Turquía, país por donde sus miembros viajaban desde todo el mundo en dirección a Siria para alistarse al grupo y vivir bajo las órdenes de su entonces líder, Abu Bakr al Bagdadi.
Los peores atentados ocurrieron durante una manifestación en Ankara, la capital turca, en octubre de 2015, cuando una explosión en medio de la muchedumbre mató a 109 personas; y dos tiroteos masivos en el Aeropuerto de Atatürk en Estambul, en junio de 2016, y en una discoteca durante la noche de fin de año de 2017. En estos dos atentados murieron 48 y 39 personas, respectivamente.
Desde entonces, sin embargo, y también con la derrota del califato en Siria e Irak en marzo de 2019, el grupo ha perdido casi toda capacidad de operación fuera de los dos países árabes, el norte del Sahel y Afganistán, donde el EI aún opera con células durmientes que realizan actos más esporádicos de extorsión y emboscadas contra la población y autoridades locales.
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