El inventor español que cambió la aviación: por qué Juan de la Cierva sigue siendo un gran desconocido en España?

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«Fue un niño volador, nació soñando con volar. Gracias a él existe la seguridad de hoy día en los vuelos y se le reconoce más en el extranjero que en España, pero yo quiero que se entere todo el mundo quién fue y qué hizo Juan de la Cierva», declara Laura de la Cierva (37 años), bisnieta de Juan, que fue el inventor del autogiro, uno de los mayores hitos de la aviación en toda la historia y, sin duda, el mayor que haya salido de España. El autogiro es, para que se entienda, el predecesor del helicóptero actual.

Como nos cuenta su bisnieta, Juan de la Cierva (1895-1936) comenzó con el autogiro C1 (1920), que no voló y así continuó con más modelos hasta que, con el C6, consiguió volar de Cuatro Vientos a Getafe y el C19 (1923) fue el primero que hizo un vuelo controlado. Y el culmen del éxito fue el C30 (1933), que ya introdujo el llamado paso variable de las alas, que permite al piloto ajustar el paso de las palas en vuelo y acomodar la hélice a las diferentes fases del mismo. Unas aeronaves que, por cierto, están ubicadas en el Museo del Aire y del Espacio en Cuatro Vientos (Madrid).

Autogiro ‘La Cierva’ C-19. Este modelo fue el primer autogiro con el que se completó un vuelo controlado, el 10/01/1923. Es original y se considera la mayor aportación de España a la aviación. / Juan Luis Martín

Y fue un hito en aquellos tiempos, ya que Juan de la Cierva quería lograr que los vuelos tuvieran seguridad, y con sus autogiros lo consiguió gracias a este paso variable de las alas que permitió controlar la sustentación y el movimiento de la aeronave. Un método que todavía se sigue usando hoy día en los helicópteros más modernos. Por ello Laura quiere luchar por que le sea reconocido a su bisabuelo lo que logró. Para ella es su «Juanito».

El sistema ‘de la Cierva’ está en los helicópteros de hoy

Laura de la Cierva

— Bisnieta de Juan de la Cierva, creador del autogiro

Un Juanito que estaba obsesionado con volar. Nació para ello y hasta que no lo consiguió no cesó en intentarlo. Desde bien pequeño ya construía maquetas y, de hecho, como nos cuenta su bisnieta con lágrimas en los ojos, «tenía un hermano llamado Ricardito al que siempre usaba como conejillo de indias en sus maquetas. Lo montaba y siempre acababa estrellado el pobre. Llegaba con heridas a casa y le decían a su madre que había sido con la bicicleta, hasta que les pillaron».

Estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y como trabajo de final de grado hizo una maqueta de un avión que, sorprendió tanto a los profesores, que le concedieron también, a título honorífico, el de Ingeniería Aeronáutica. A esta maqueta la llamó ‘Cangrejo’, porque solo tenía pintura roja en casa y por la similitud le puso este nombre. Tuvo ocho hijos, de los cuales solo queda viva Ana María de la Cierva y era tal su afán por conseguir hacer volar al autogiro de forma segura que, con siete hijos, se fue una temporada a Estados Unidos para seguir investigando.

Juan de la Cierva en uno de sus autogiros / EFE

«Por manuscritos que me he podido leer que enviaba a amigos y familiares cuando estaba en Estados Unidos puedo decir que fue una gran persona«, explica su bisnieta. En la imagen inferior se puede leer uno de estos manuscritos a los que ha tenido acceso El Periódico de España.

Manuscritos de Juan de la Cierva, del 30 de diciembre de 1926 / CEDIDAS

Juan de la Cierva falleció el 9 de diciembre de 1936 en un accidente en el momento del despegue del avión en el que viajaba en el aeropuerto de Croydon (Londres). Pero el sistema de su autogiro sigue estando presente en cada uno de los helicópteros que sobrevuelan los cielos en pleno 2026. Y lo que queda. Ahora, Laura, tres generaciones más tarde, sigue luchando por colocar a su apellido y a su Juanito donde merece, en lo más alto del cielo, como sus autogiros.

Un genio al que Laura de la Cierva quiere dar a conocer en todo el mundo con su compañía ‘Bis de la Cierva-Autogiro CO’

Laura es su bisnieta, es diseñadora de moda y piloto de autogiro, y ha dado «la vuelta al mundo con los autogiros, porque he visitado todos los que hay, que son unos 19». Piensa que es «muy injusto» que se reconozca más a su bisabuelo en el extranjero que en España, y por ello hace unos años creó su compañía ‘BIS de la Cierva-Autogiro-CO’, con la que ha desarrollado hasta cinco aeronaves que vuelan y que hacen honor a Juanito. Pero su principal objetivo es dar a conocer lo que hizo su bisabuelo. De hecho ha estado ya en más de 50 países hablando del autogiro.

Laura, ¿cuándo te diste cuenta de la relevancia de lo que inventó tu bisabuelo?

Con solo 6 años, cuando me llevaron a una exposición en el Retiro dedicada al autogiro y mi bisabuelo. Me quedé impactada y desde ahí supe quién fue mi Juanito.

¿Qué te han contado de él?

Aunque falleció muy joven, por lo que ha pasado de generación en generación y cartas suyas que he podido leer, sé de primera mano que fue una gran persona. Era un niño volador, nació soñando con volar. Con 11 años ya hacía maquetas y montaba en ellas a su hermano Ricardito, que siempre acababa estrellado.

Si lo tuvieras delante, ¿qué le dirías?

Que es muy injusto, porque lo que inventó es histórico y se le reconoce más en el extranjero que aquí, aunque me temo que es algo que pasa habitualmente en España.

Para ti, apellidarte De la Cierva es…

Orgullo, amor, presencia y sobre todo una responsabilidad, porque tengo que defender lo que hizo Juan.

¿Qué es lo que pretendes a día de hoy?

Dar a conocer lo que hizo mi bisabuelo. El autogiro impulsó a lo que hoy conocemos como helicóptero y, a través de mi compañía, quiero expandir su legado. He visitado los 19 autogiros que hay en todo el mundo, hemos creado otros 5 que ahora queremos comercializar y tengo el objetivo de crear un museo dedicado a Juan de la Cierva. Se lo merece y lo voy a hacer.

¿En cuántos países has estado hablando del autogiro y de Juan de la Cierva?

En más de 50 países: Austria, Finlandia, Australia, Argentina, Chile… en el extranjero alucinan con el autogiro.

¿Un sueño por cumplir?

Batir algún récord con un autogiro, ya sea de tiempo de vuelo o de altura. Sería una gran forma de honrar a mi Juanito. Cuanto más alto, más cerca estaré de él.

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