Putin amenaza con atacar a tropas occidentales si se despliegan en Ucrania

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El presidente ruso, Vladímir Putin, vuelve a desbaratar las solemnes iniciativas de paz europeas presentadas en cumbres, conferencias y reuniones internacionales. Esta vez lo ha hecho con una amenaza explícita: si los acuerdos de la llamada Coalición de Voluntarios derivan en un despliegue de tropas en Ucrania, Rusia las considerará “objetivos legítimos para ser destruidos”. Así lo advirtió este viernes durante su intervención en el Foro Económico de Vladivostok.

La amenaza no debe sorprender: se enmarca en la doctrina rusa que justifica la invasión de Ucrania desde febrero de 2022. El Kremlin no concibe las relaciones internacionales como una red de países con soberanía plena, sino como “zonas de influencia”. Ucrania es una de ellas y, en esa lógica, la presencia militar occidental supone una “amenaza existencial”. De ahí, según Putin, su ademán bélico de impedir cualquier despliegue extranjero: “Los contingentes militares en Ucrania serían una razón para integrarla en la OTAN”, insistió. El dirigente, no obstante, cambia por completo su tono cuando se excluye la presencia castrense, que ha garantizado al «100%» las condiciones de trabajo y seguridad» en una hipotética reunión entre ambos países, pero ha establecido una condición: el encuentro se debería de producir en Moscú.

Una reunión imposible

Tampoco le sirve la activación de la diplomacia con su homólogo y adversario ucraniano, Volodímir Zelenski, para, como mínimo, acercarse a la paz. Ha calificado las tentativas europeas auspiciadas por el presidente de los EEUU, Donald Trump, para una futura reunión entre los dos dirigentes envueltos en la guerra como «un proceso interminable que no conduce a ninguna parte». O todo o nada; esa es la narrativa del dirigente del Kremlin. Solo firmará un acuerdo de paz para el fin de la guerra. Un escenario improbable para Kiev, teniendo en cuenta las condiciones que se le imponen. La única conclusión compartida a la que han llegado los dos contendientes es que sus respectivas posiciones no se encontrarán en ningún cauce. «Será prácticamente imposible llegar a un acuerdo con la parte ucrania sobre cuestiones clave. E incluso si existe voluntad política, cosa que dudo, existen dificultades legales y técnicas”, enfatizó Putin.

Por su parte, Zelenski considera que los contactos directos no llevarían a buen puerto y ha pedido a sus aliados europeos que las garantías de seguridad para Ucrania proporcionadas por la Coalición de Voluntarios “comiencen hoy y no solo cuando el conflicto haya terminado”. Aunque aún no se sabe con certeza qué alcance tendrán esas garantías, respaldadas por 26 países, se barajan medidas ambiciosas -a la par que alejadas de Moscú- que incluirían el despliegue de tropas “por tierra, mar y aire” en caso de necesidad. Parece que esta vez el conjunto de medidas contarán con una mayor sintonía del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que vio atentamente desde su televisor como los dirigentes del «nuevo orden de paz» protagonizaban codo con codo el gran desfile militar en Pekín. Aunque el dirigente estadounidense califique la relación con Xi Jinping, líder de China, y su homólogo ruso de «muy buena«, bien sabe que algo no se encuentra en su cauce.

Promesas incumplidas

Fruto de su cumbre con Putin en Alaska, Trump había prometido lograr un alto el fuego temporal o, en su defecto, imponer sanciones que golpearan las exportaciones de petróleo y gas de Rusia. Sin embargo, ni consiguió frenar los ataques nocturnos —que incluso se han intensificado en algunas regiones— ni pudo reforzar el régimen sancionador. Rusia, lejos de mostrarse debilitada, ha encontrado apoyos en Asia-Pacífico y rechaza el papel de estado paria que le atribuye Europa. “Estamos dispuestos a luchar hasta lograr todos nuestros objetivos si Ucrania no acepta un acuerdo”, afirmó Putin.

En medio del recrudecimiento retórico, Trump también elevó este jueves el tono en su red social Truth Social. «Parece que hemos perdido a India y a Rusia ante una China más profunda y oscura. ¡Qué tengan un futuro largo y próspero juntos!».

El orden multipolar se forja a pasos agigantados. La dirección de la UE, lejos de diversificar sus relaciones estratégicas hacia oriente, ve el despliegue militar asiático como un «desafío directo al orden occidental«, tal como declaró la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, y se intenta hacer un hueco entre las potencias que se disputan la hegemonía global. «Europa debe construir su poder para participar como un actor de pleno derecho», sentenció este miércoles.

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