La historia de cómo tres santafesinos se volvieron un éxito sin querer. La historia del humor en Argentina no puede contarse sin un capítulo dedicado a Midachi. El trío cómico que se convirtió en un fenómeno nacional tiene sus raíces no en las grandes marquesinas de Buenos Aires, sino en el caluroso corazón de Santa Fe y en Villa Carlos Paz, donde forjaron su leyenda.
El grupo, cuyo nombre es un acrónimo de los apodos de sus integrantes, Miguel del Sel, Dady Brieva y Darío «el Chino» Volpato (Mi-da-chi), se formó oficialmente en 1983. En sus comienzos, eran una propuesta artística para peñas folclóricas y eventos privados. Con un humor desfachado y un carisma innato, comenzaron a recorrer su provincia natal, ganando la atención de un público que pronto se rendiría a sus pies.
Sin embargo, el verdadero salto a la fama, la plataforma que los catapultaría a la masividad, tuvo lugar en la temporada de verano de 1985 en Villa Carlos Paz. Su llegada a la villa serrana fue casi una casualidad del destino. Los tres humoristas, recién llegados de Santa Fe, se instalaron en el Teatro El Quijote, de Tito Fernández, con la idea de ser los teloneros del reconocido humorista Luis Landriscina. Sin embargo, el plan cambió drásticamente.
Por motivos que se desconocen, Landriscina se bajó del espectáculo, dejando a los jóvenes Midachi como el número principal. Esta inesperada oportunidad, en lugar de amedrentarlos, los impulsó. Sin grandes presupuestos ni equipos de prensa, el trío se dedicaba a una tarea que hoy sería impensable para un show de su talla: salían a las calles, con baldes de engrudo y carteles, para pegar la publicidad de su propio espectáculo.
«Landriscina se cae y el dueño del teatro nos preguntó si nos animábamos a ir nosotros solos. Obviamente que inflamos pecho y le dijimos que sí, que obviamente nos animábamos. A partir de ahí nuestra carrera fue todo progreso»; recordó Del Sel hace algunos años, en diálogo con TN Show.
«En la primera temporada llegamos a juntar algo de plata para pagar el alquiler pero ganamos el premio revelación y nuestra carrera explotó»; agregó «El Chino» Volpato.
Aquella primera temporada fue un éxito rotundo y una revelación para el público y la crítica. Su show, que combinaba humor, música y una energía circense, se convirtió en el «boca en boca» de la temporada. Con personajes que pronto se volverían icónicos y un estilo fresco y popular, Midachi conquistó el corazón de la gente.
Esa primera experiencia en Carlos Paz no solo marcó el inicio de una exitosa carrera, sino que también estableció una relación duradera con la ciudad. El trío regresaría en las siguientes temporadas, consolidando su popularidad y demostrando que su humor era un pasaje directo a la risa del público argentino.