Mavi García, ciclista: «No quiero dejar el ciclismo porque no ganaré en la vida lo que ahora ingreso»

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La mallorquina Mavi García hizo historia en el Tour de Francia al ganar la segunda etapa de la edición de 2025 con 41 años. Con su triunfó se convirtió en la vencedora con más edad, tras superar a la neerlandesa Annemiek Van Vleuten, que lo logró con 39 años. Esta temporada acaba su contrato con el Liv Alula Jayco- con su futuro por decidir-, mientras se prepara para su gran objetivo en la recta final del curso: el Mundial de Ruanda, que se disputa el 27 de septiembre.

¿Cómo han sido los días después del Tour?

Buenos. He querido estar un poco tranquila porque no he acabado la temporada y la gente me ha dicho que qué bien que ahora puedo estar de vacaciones y no, porque tengo que correr hasta octubre. He intentado organizarme, descansar y ver la familia.

¿Celebró la victoria de etapa el mismo día?

No, lo máximo es que nos recibieron en el hotel con una mesa llena de flores. También abrimos una botella de champán para brindar, pero no. Era el principio del Tour, estábamos muy centradas y el objetivo era intentar conseguir más cosas.

¿Y cuándo acabó?

Más o menos sí con la gente del equipo. Entre nosotros hicimos un poco de fiesta.

¿Y en Mallorca?

No me lo esperaba y al aeropuerto vinieron amigos, mi madre, mi hermano y una amiga me enmarcó un cuadro con todos los titulares de los diarios con la foto de la llegada y fue muy bonito. Después con mi pareja, que es también mi entrenador, tuve una cena muy especial.

¿Qué hace una ciclista para desconectar un poco?

Cuando estoy aquí y vengo de competir intento hacer lo mismo. No porque haya salido bien lo del Tour es diferente. Intento descansar, desconectar y siempre quedar con mis amigas para tomar algo, ir a cenar a sitios nuevos con mi pareja, ir a la casa de campo de mi madre, ver a la familia, visitar a mi padre… Un poco lo normal.

¿Qué le queda por hacer en el ciclismo?

Siempre faltan cosas. La edad y las circunstancias es lo que me para. Ahora realmente estoy disfrutando y estoy en muy buena forma. Un mejor resultado en un Mundial me hace muchas ganas. Es la principal ilusión de este año.

¿Cuándo compiten en Ruanda?

Es a final de septiembre. El año pasado preparé a conciencia el de Suiza porque eran unas buenas condiciones para mí, pero con el frío no puedo. Diluvió, hizo mucho frío y no quería, fue muy a pesar, pero me tuve que retirar porque tenía una hipotermia. En este Mundial no me pasará porque en Ruanda hará mucho calor, que es lo que me va bien, será muy duro y esperemos que todo vaya bien.

En 2021 dijo: «Más de tres años no creo que pueda alargarlo, pero estoy disfrutando porque ahora ya sé qué estoy haciendo y ya he pasado la penitencia de no saber correr cómo se debe».

Aún he aprendido mucho más. Todo el proceso del principio hasta ahora, de ir mejorando y viendo toda la evolución de cómo estoy corriendo, de hacer la bajada, la intuición de carrera, que creo que si la hubiera tenido antes hubiera conseguido más cosas y hubiera sido diferente.

Su victoria fue muy intuitiva.

Es ver un poco las situaciones, a veces sale y otras, no. Yo soy mucho de intentarlo y esta vez salió.

¿Le molesta que le pidamos por la retirada?

Sí, me molesta un poco el tema de la edad, pero también es normal. Al final es una cosa que no es lo típico. Nadie había ganado una etapa del Tour con 41 años, pero en el fondo no me siento con esta edad. La tengo, pero no me gusta en el fondo. La retirada también se me pasa por la cabeza desde el año pasado. Al final, vas haciendo y mientras siga disfrutando aquí estaré. A lo mejor digo que la próxima temporada basta como que sigo. No lo sé.

¿Está teniendo ofertas para seguir?

Tengo una conversación pendiente con mi mánager con todo lo que hay encima de la mesa y a partir de aquí decidir. Y sí, tengo propuestas de equipos World Tour (Primera División del ciclismo).

¿Quiere ser madre?

En principio, no. Hubo un punto en el que lo pensé y me lo planteé, pero pasado este momento mi cabeza hizo un cambio y dije que tampoco es obligatorio. Si tienes muchas ganas sí lo haces, pero supongo que gente más joven que está en el mundo del ciclismo puede parar y volver. En mi caso, si paraba hubiera sido más complicado regresar. Con más edad es más complicado volver y recuperarse de las caídas, sobre todo por esto me planteo parar.

A veces es un tabú hablar de esto. Los hombres lo tienen más fácil y las mujeres, más difícil.

Cada vez más ciclistas lo hacen y ahora tienes unas condiciones dignas para parar y volver y estar asegurada de que regresarás. Antes si lo hacías te decían adiós y te tenías que buscar la vida. Ahora está mucho mejor, mis circunstancias no me lo han hecho pensar del todo y, como han ido pasando los años, llevo otro tipo de vida. Quiero hacer muchas cosas todavía.

¿Siente que es una referente en el ciclismo español?

Creo que lo comienzo a ser. A veces estas cosas cuestan decir sí o no, pero creo que con esto y con los campeonatos de España, que se tienen que valorar, porque no es una tontería ganar cinco de ruta y cuatro de crono. Hay muchas niñas que me vienen y me dicen que quieren ser como yo. A mí esto me hace sentirme plena y bien.

Hace charlas en el Consell de Mallorca.

Sí, voy a las escuelas. Es una pasada cómo te reciben los niños.

Desde fuera, parece que el ciclismo femenino todavía tiene recorrido. ¿Tienes la sensación de que ha ido evolucionando de su mano ?

Creo que, en estos dos últimos años, de base está creciendo mucho. También están invirtiendo más tiempo y hay muchas mujeres jóvenes que están empezando antes. Hay una cantera guapa porque sube. Esto hace tres años no se veía. Hay que ver el Tour, ya que la audiencia ha subido una barbaridad y la gente que había allí, cada día, no me creía todos lo que eran. Está evolucionando y los pasos que damos son cada vez más grandes en nuestro deporte.

Es que empezó en 2015 con Bizkaia-Durango intercalando con el duatlón y el atletismo. Luego Movistar, Alé BTC, UAE…. ¿Este año es la mejor preparación que ha visto en un equipo?

Sí, pero creo que también es porque todas las escuadras están creciendo. Es verdad que la estructura es muy grande y hace unos años había pocos equipos que la tenían y ahora cada vez hay más. Están más preparados con más personal y son empresas al final. Más que cobrar más, lo más importante es tener estas condiciones.

Tiene 41 años, ¿Qué le diría a su yo de 25?

Mejor al de 20. Le diría muchas cosas, pero no me arrepiento de ninguno de los pasos que he dado. Creo que he tenido vista, pero también suerte de llegar en el momento que he llegado al deporte. De ver esta evolución y creo que he sido muy afortunada de haber trabajado doce años en otro sitio y poder vivir todo lo de ahora. Claro que haría otras cosas si en ese momento supiera todo lo que sé ahora, lo único que le diría es que empezara antes.

Hizo patinaje hasta los 16 años y a los veinticinco comenzó atletismo.

Hubiera bastado si a los veinte me hubiera puesto con la bici para tener una carrera más completa.

¿Le gusta más el ciclismo que el atletismo?

No. Bueno, te lo he dicho muy rápido, pero es verdad que ahora sí disfruto mucho de la bicicleta. He tenido un periodo de tiempo con bastantes caídas. Fue complicado y añoraba correr porque no me pasaban estas cosas. Te lesionabas, pero no era así. Con la bicicleta me he roto las dos clavículas, tuve una caída en Argentina en la que perdí el conocimiento… Fue un cúmulo de circunstancias que me hicieron sufrir mucho con la bicicleta, pero ahora sí disfruto mucho.

En esos momentos, ¿por qué decide seguir?

Supongo que porque se lleva dentro. Después de perder el conocimiento estuve un año y medio bloqueándome en carrera. Iba a cola de pelotón, tenía mucho miedo y es una cosa que no sabes por qué te ha pasado y cuando me adelantaban por al lado lo llevaba fatal. Seguí, no sé. Llamaba muchas a veces a mi familia diciéndoles que esto no era para mí. Estuve a punto de volver al Duatlón y hacer lo que hacía antes porque estaba más tranquila. Pero al final ves que estás mejorando, llegan los resultados y se te olvida todo lo demás.

¿Cuándo pasó todo esto?

En Argentina, fue súper pronto. Todavía estaba con el Bizkaia. Fue mi primera vez que me convocó la selección española. Salí enseguida y gané mi primer campeonato de España y a partir de aquí pedí la excedencia en mi trabajo y comencé a descansar. Hice subcampeona de Duatlón y corrí el Giro de Italia. Creo que aún estaba trabajando. Mi puesto era de venta de maquinaria de hostelería, pero trabajaba por la mañana y por la tarde. Empleaba los mediodías para entrenar en bicicleta y, cuando acababa de trabajar a las 19 horas, venía aquí, a Príncipes de España, a correr.

¿Mantiene la excedencia?

No, la tuve cinco años porque nunca se sabe. Pero mi cabeza ya no está preparada para hacer este tipo de trabajo. Quiero estar más al aire libre y hacer otras cosas. No me veo volviendo a una oficina.

¿Es más importante la determinación que la edad?

Creo que soy como un martillo para entrenar. No falto a uno ni aunque me maten y creo que lo importante es esta constancia además de otras cosas, porque también es nutrición, dedicación, entrenamiento… Sin condiciones ni trabajo no sale, pero sin condiciones y con mucho trabajo tampoco acaba saliendo. Tiene que haber tantas cosas, incluida el factor suerte, que nunca sabes.

¿Qué es lo más importante que ha sacrificado para tener esta carrera?

Creo que es el hecho de estar fuera tanto tiempo. Al principio me costaba mucho porque juntabas una carrera, una concentración, estabas poco tiempo y te volvías a ir. Y también la comida. Me gusta cuidarme, pero el nivel del ciclismo me obliga a hacer un esfuerzo y privarme de cosas.

Su pareja, José Trujillo, es su entrenador. ¿Cómo lo lleva?

El primer año fue un poco más difícil. Tenemos mucha confianza y hubo un poco de conflicto. Además, los dos tenemos mucho carácter y fue un poco complicado. Con el tiempo te adaptas y además comprendes que es la mejor persona que te ve cada día y que sabe cuándo estás cansada y cuándo no y puedes llegar a un buen entendimiento.

¿Le acompañó en el Tour de Francia?

No. Pero me contó que cuando estaba en la escapada salía y entraba todo el tiempo de casa porque no sabía qué hacer. Fue uno de esos días que si me hubieran fallado un poco las fuerzas no hubiera llegado. Pero estaba mirando el Garmin y veía que hoy tenía fuerzas. Me sentaba, me levantaba y tenía energía. No perdía el foco y eso fue una de las cosas que me ayudó, mirar cuántos vatios movía.

¿Ha hecho todas las carreras populares de Mallorca?

Y las ganaba todas. Me acuerdo de un campeonato de Baleares de Cross en el que me estaban animando y yo no me daba cuenta de estar a 800 metros de meta y me quedé agarrotada. No veía nada, me quedé ciega y llegué andando a meta arrastrando los pies. Corriendo lo entiendes más rápido, pero la bicicleta es mucho más complicada. Necesitas más tiempo. Por ejemplo, a nivel mental correr es más como hacer una crono. En ciclismo hay que tener en cuenta más factores: técnica, saber dónde tienes que colocarte, estar adelante, no tener miedo, tienes que estar habituado.

Pensaba que era al revés.

He hecho las dos cosas y he hecho medias maratones y si tienes un mal día y tienes que darlo todo, es durísimo y lo pasas mal. Ahora recuerdo un 10.000 metros en pista en el que me retiré porque no podía más y me acuerdo que Manuel Picó, que era mi entrenador, me hizo a hacer un diez mil aquí en el siguiente entreno. En ruta tengo un tiempo de 34 minutos con algo. Creo que si me hubiera dedicado al atletismo como ahora a la bicicleta hubiera llegado a correr bien.

¿Se imaginaba haber llegado a tanto?

Qué va. Me acuerdo comer con los compañeros de trabajo y todo el mundo estaba muy emocionado porque a mí se me daba bien el deporte. Y una de las compañeras le pidió a mi pareja si creía que Mavi podía ir a unos Juegos Olímpicos y todos nos pusimos a reír. He hecho dos al final, Tokio y París.

¿Cuando deje el ciclismo seguirás practicando algún deporte?

Por supuesto. Bicicleta la tendré y haré, pero volveré a correr. Nunca he hecho una maratón.

¿De ciclismo se puede vivir?

No lo quiero dejar porque no ganaré en la vida lo que ingreso con la bici. Se gana mucho. No tiene nada que ver con el atletismo. Para que te hagas una idea, la mejor del mundo cobra un millón de euros al año. También hay un salario mínimo en mi equipo, que cobran lo mismo las mujeres que los hombres, y una que empieza ya gana 60.000 euros al año.

¿Cuál ha sido el momento más feliz de su carrera?

He tenido muchos, pero ahora el más reciente es esta etapa del Tour. Fue una explosión de emociones. Este año entrenando estaba sacando mis mejores datos, llegó La Vuelta e hizo un mal tiempo para mí y me medio congelé y me costó cambiar la dinámica. Llevaba un periodo de tiempo que sabía que estaba muy bien, pero no acababa de salirme en las carreras. En la primera etapa del Tour, ya pensé otra vez lo mismo. No llegaba el coche y demasiado hice.

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