En diálogo con Canal E, el periodista agropecuario Carlos Etchepare sostuvo que la incertidumbre política y económica está afectando la confianza y la liquidación del agro.
La desconfianza crece en el campo
El agro argentino atraviesa un momento de cautela tras una primera mitad del año en la que se liquidaron divisas récord por temor a cambios en los derechos de exportación. “La producción es finita, no infinita. Lo que se liquidó en el primer semestre ya no está más”, advirtió Carlos Etchepare. Según explicó, muchos productores adelantaron ventas entre enero y junio, motivados por los anuncios oficiales de que las retenciones aumentarían en julio.
“Todos le dijeron a los productores: liquiden ahora porque el primero de julio aumentamos los derechos de exportación”, recordó el especialista. Esta advertencia surtió efecto, y el campo aportó fuertemente en esa etapa. Sin embargo, los cambios posteriores generaron malestar: “Muchos productores vendieron con un dólar de 1.100, y 29 días después el dólar subió a 1.300 y pico”.
Etchepare señaló que la nueva baja permanente en los derechos de exportación anunciada en la Exposición Rural llegó tarde: “La gran pregunta es por qué no se dijo desde el principio que la baja era permanente. Hubiese sido otra la reacción”. El resultado fue un sector desconfiado que ahora dosifica sus ventas y aguarda un panorama más claro en lo político y económico.
El temor a volver al pasado y la presión del dólar
Consultado sobre el humor del campo, Etchepare fue tajante: “Hay mucha decepción, pero también mucho miedo a lo otro”, en alusión a una posible vuelta a políticas intervencionistas. Reiteró que la promesa de eliminar retenciones no se cumplió, y que muchas medidas parecen haber sido tomadas más por necesidad que por convicción: “Esta baja permanente de los derechos de exportación llegó para que el presidente no fuera silbado en Palermo”, lanzó.
La falta de señales claras y los cambios repentinos generan incertidumbre. “Evidentemente hay mucho de improvisación. Se va emparchando para contener la inflación vía tipo de cambio”, advirtió el periodista. Esa incertidumbre se traduce en prudencia: “El productor que puede esperar, espera”.
Etchepare también alertó sobre la competencia global en el mercado de trigo: “Ucrania sigue siendo un gran abastecedor del mercado mundial, incluso sin estar en la política agrícola común de la UE”. Esto, sumado a la presión de precios bajos por parte de Rusia, genera dudas sobre las perspectivas de exportación para la campaña 25/26, que, según señaló, será encarada con inversiones mínimas.
La conclusión es clara: el campo no reacciona con euforia, sino con cautela. “La confianza se va deteriorando con el tiempo a medida que los hechos no llegan”, concluyó.