Casas destruidas, numerosos desalojos y miles de hectáreas arrasadas en Ourense: Parece una guerra

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Ourense sigue mirando sus montes con angustia, preocupación y temor. La ola de incendios no da tregua y el viento es un mal compañero para las labores de extinción, pero una gran ventaja para la propagación de las llamas. En tan solo una jornada los distintos fuegos pasaron de consumir 5.000 hectáreas a prácticamente triplicar la cifra. Según el balance de las 20.30 horas de este miércoles, la Consellería de Medio Rural estima que 12.520 hectáreas —teniendo en cuenta solo los fuegos activos y no aquellos estabilizados y controlados— arden sin freno en distintos puntos de la provincia, dejando un reguero de desalojos, núcleos confinados, carreteras cortadas y heridos en una lacra que sigue sin estar bajo control.

Desde la madrugada del miércoles más de 500 personas se vieron afectadas por medidas de emergencia: evacuaciones preventivas y confinamientos ante el avance incontrolado de las llamas. Algunas pudieron regresar a sus casas a las primeras horas del día, otras, por la contra, eran desalojadas a última hora de la tarde, porque la situación sigue siendo crítica en varias zonas del sur y sureste de la provincia.

Un hombre durante el incendio de Flariz, Monterrei. / BRAIS LORENZO

Aldea calcinada

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, se desplazó este miércoles hasta Chandrexa de Queixa, donde continúa el mayor fuego del verano, por su extensión, que según las fuentes oficiales alcanza las 4.500 hectáreas. Desde allí dijo que la provincia de Ourense «registra cinco grandes incendios activos: dos en Chandrexa, otro en Maceda, otro en Oímbra y otro en A Mezquita», pero «los más preocupantes, aunque todos preocupan, son los de la zona de A Mezquita y Oímbra-Monterrei».

En ese mismo concello, en Monterrei, los núcleos de Medeiros, Flariz e A Salgueira fueron confinados durante la pasada madrugada. En total, más de medio millar de vecinos tuvieron que permanecer en sus casas por precaución, aunque fueron desconfinados por la mañana. También en Sandín, en Monterrei, se vivió un nuevo desalojo de 12 personas, mientras que el resto del pueblo quedó confinado.

Una casa destruida en la aldea de A Caridade. / BRAIS LORENZO

Otra de las construcciones de A Caridade alcanzadas por el fuego. / BRAIS LORENZO

Lamentan falta de medios

El regidor municipal, Jose Suárez, no era nada optimista con la situación: «está fatal y el viento no lo pone nada fácil, es cambiante, dificulta la extinción», decía a primera hora de la mañana. A última hora de la tarde una de las aldeas de la parroquia de Flariz era calcinada por las llamas. En A Caridade el fuego dejaba una estampa de desolación calcinando 20 casas en las proximidades del Santuario, 2 de ellas habitadas, aunque sin vecinos en el momento de los hechos. También ganado fallecido y vehículos calcinados.

Animales de ganado muertos en el incendio de A Caridade. / BRAIS LORENZO

Unos 35 habitantes viven de forma habitual en A Caridade. El fuego ha destruido la mitad de las viviendas existentes. «Alrededor de las tres, el fuego estaba cerca, se extendió rápidamente por la parte trasera del pueblo y las casas quedaron destruidas. Parece como si fuera una guerra», cuenta J. Carlos, un vecino, que lamenta la escasez de medios de extinción presentes. «Las casas fueron ardiendo una por una, como un puzle», completa este hombre.

«Estamos intentando concentrar la mayor parte de los medios y ahora mismo hay más de 900 efectivos —31 medios aéreos también— trabajando solo en la provincia de Ourense, que es donde tenemos la situación más complicada», decía horas antes, el jefe del Ejecutivo autonómico. Mientras el Concello de Vilar de Barrio empleaba sus redes sociales para informar de que, pendientes de la situación de los incendios habían contactado con la Subdelegación del Gobierno, así como con la Delegación Territorial de la Xunta para solicitar medios y evitar que llegase el fuego a Rebordechao. «Con todo, comunican que no disponen de medios«, recogen en el comunicado en el que piden máxima prudencia y que «nadie suba por su cuenta a la sierra».

Bomberos forestales en Flariz, Monterrei. / BRAIS LORENZO

Asimismo, se ordenó el confinamiento de Vilariño da Serra (Viana do Bolo) y de O Canizo (A Gudiña), con alrededor de 300 habitantes, aunque al cierre de la edición impresa ya habían podido regresar a sus viviendas y era Vilardevós donde 150 personas de Bustelo y Vilardecervos se encontraban confinadas.

Corte ferroviario y de la A-52

Además del drama humano, el incendio está dejando importantes consecuencias en la movilidad. La circulación de trenes en la línea de alta velocidad entre Madrid y Galicia quedó «definitivamente suspendida» este jueves por la evolución de los incendios entre A Mezquita y A Gudiña. También se vieron afectadas la A-52 y la N-525 a su paso por A Mezquita, Verín, A Gudiña y Monterrei, por la proximidad de las llamas y la falta de visibilidad por el humo.

Balance de heridos

En cuanto al balance de heridos, el parte del 112 cuenta quince de diversa consideración. Los tres más graves son los miembros de la brigada municipal de Oímbra que ya en la jornada del martes fueron trasladados al CHUAC. «Tienen quemaduras graves, pero según el último parte médico evolucionan favorablemente», decía el presidente de la Xunta ayer. El más joven tiene 18 años y quemaduras en el 60% del cuerpo.

Los otros 12 heridos, recogidos por el parte del 112, fueron ️4 personas por crisis de ansiedad, 3 personas por traumatismos, ️3 por quemaduras leves y 2 personas con problemas respiratorios.

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