Descubren una nueva especie de ancestro humano arcaico

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Un equipo internacional de científicos ha descubierto nuevos fósiles en un yacimiento de África que indican que el Australopithecus y los especímenes más antiguos de Homo coexistieron en el mismo lugar hace entre 2,6 y 2,8 millones de años. Al mismo tiempo, identificaron una nueva especie de Australopithecus que nunca se había encontrado en ningún lugar: se trataría de un ancestro humano desconocido hasta hoy.

Científicos liderados por la Universidad Estatal de Arizona (ASU), en Estados Unidos, han hallado en el yacimiento de Ledi-Geraru, en el noreste de Etiopía, fósiles dentarios que pertenecen a una especie nunca identificada previamente de Australopithecus y a los ejemplares humanos más antiguos del género Homo.

Los restos, datados entre 2,6 y 2,8 millones de años, revelan que nuestros antepasados de los géneros Australopithecus y Homo coexistieron en el mismo entorno y período, trastocando la idea de una evolución humana lineal.

Las piezas dentales halladas, que son trece en total, fueron recuperadas durante distintas campañas arqueológicas. En 2013, el proyecto de Ledi-Geraru ya había desenterrado la mandíbula del Homo más antiguo conocido, de 2,8 millones de años. El análisis comparativo de aquella mandíbula y los nuevos dientes de Homo confirma la antigüedad de nuestra línea evolutiva, mientras que las piezas atribuibles a Australopithecus presentan características que no coinciden con ninguna especie previamente caracterizada.

Encuentros arcaicos

Según Brian Villmoare, investigador y autor principal del estudio publicado en la revista Nature, “estos nuevos dientes de Homo confirman la profundidad temporal de nuestro linaje, pero lo más excitante es el hallazgo de un Australopithecus completamente nuevo en el mismo sedimento”, indicó en una nota de prensa. Hasta ahora, la especie Australopithecus afarensis (conocida por la icónica “Lucy”) no se había documentado en estratos más jóvenes de 2,95 millones de años. El descubrimiento apunta a una diversificación de homínidos más compleja de aquello que sugerían los registros fósiles anteriores.

El material dental muestra rasgos únicos en la forma y el tamaño de las coronas, así como en la morfología de las raíces, un dato que llevó al equipo a proponer la existencia de una nueva especie. Sin embargo, los científicos advierten que aún no cuentan con restos esqueléticos suficientes para asignar un nombre oficial. Para ello, se requieren más hallazgos que permitan describir el cráneo y la dentición completa antes de formalizar la especie.

El yacimiento de Ledi-Geraru, situado en el piso aluvial del Valle de Afar, combina sedimentos volcánicos con abundantes fósiles de fauna y herramientas líticas. Gracias a dataciones por argón-argón y paleomagnetismo, los investigadores han construido una cronología detallada entre hace 2,6 y 2,8 millones de años, justo en la ventana temporal en que apareció el género Homo.

Una evolución en forma de árbol

Este mosaico de fósiles y artefactos respalda la idea de que homínidos de distintos géneros compartieron paisajes, recursos y posiblemente nichos ecológicos. Los especialistas concluyen que la evolución humana no es una escalera, sino un árbol con múltiples ramas: las evidencias de convivencia sugieren, además, intercambios culturales y tecnológicos más tempranos de lo imaginado.

Referencia

New discoveries of Australopithecus and Homo from Ledi-Gerafru, Ethiopia. Brian Villmoare et al. Nature (2025). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-025-09390-4

El hallazgo renueva la posibilidad de descubrir más restos en Ledi-Geraru y en otras cuencas del Este de África, donde el clima y la tectónica favorecen la exposición de estratos antiguos. Los paleontólogos confían en que nuevos descubrimientos aporten cráneos, mandíbulas y otras piezas que completen el retrato anatómico y funcional de esta nueva especie de Australopithecus.

Más allá de aportar luz sobre la dinámica de la evolución humana, estos fósiles ofrecen pistas sobre cómo los antiguos homínidos se adaptaron a cambios ambientales, en un período marcado por fluctuaciones climáticas y apertura de sabanas. El análisis de isótopos en esmalte dental y otros datos relacionados podrían revelar dietas y comportamientos de vida hasta ahora desconocidos.

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