Las comidas que conviene no volver a comer después de Nochebuena si no querés sumar kilos de más

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Después de Nochebuena, la heladera suele convertirse en una cápsula del tiempo: bandejas envueltas en film, ensaladas a medio terminar y fuentes que “dan pena tirar”. El problema no es solo calórico. Muchas de las comidas típicas de la mesa navideña están pensadas para un evento excepcional, no para seguir consumiéndose durante varios días seguidos.

Si la idea es evitar aumentar de peso innecesariamente, estas son las sobras que conviene no volver a comer —o, al menos, no hacerlo en los días inmediatos.

Carnes frías con alto contenido graso

El clásico asado frío, el lechón, el cerdo al horno o el vitel toné tienen dos problemas combinados: grasa saturada y consumo repetido. En caliente ya son densos; fríos, suelen comerse en porciones mayores y sin registro de cantidad.

Además, el metabolismo post-fiestas está más lento, por lo que el cuerpo almacena más fácilmente ese exceso.

Ensaladas “trampa”

Parecen inofensivas, pero muchas ensaladas navideñas están cargadas de:

mayonesa

crema

quesos

papas o pastas

La ensalada rusa, la de ave con mayonesa o las combinadas con frutos secos y aderezos cremosos no son comidas livianas, aunque se presenten como acompañamiento.

Fiambres y embutidos

Jamón crudo, salame, bondiola, quesos duros. Son fáciles de “picar”, no generan saciedad real y tienen alta densidad calórica. Comerlos al día siguiente suele derivar en repetirlos también al almuerzo o la cena, multiplicando el impacto.

Pan dulce, budines y turrones

El mayor error es pensarlos como “postre del día siguiente”. Son productos:

ricos en azúcar

ricos en grasas

pobres en fibra

Consumidos fuera del contexto de la comida principal, disparan picos de glucosa y favorecen el almacenamiento de grasa, sobre todo abdominal.

Salsas, cremas y rellenos

Lo que más conviene descartar no siempre es lo visible, sino lo que acompaña:

salsas sobrantes

rellenos de carnes

fondos de cocción

Ahí se concentra buena parte del exceso calórico.

Entonces, ¿qué sí se puede rescatar?

Si no querés tirar todo, lo más sensato es rescatar solo lo estructural:

carnes magras, en pequeñas porciones

verduras simples (sin salsas)

ensaladas verdes frescas, rehechas desde cero

Y dejar atrás lo que fue pensado para una sola noche.

La clave no es la culpa, es el corte

Nochebuena no engorda. Lo que engorda es seguir comiendo Navidad durante una semana. Hacer un corte claro al día siguiente ayuda al cuerpo a volver a su equilibrio normal y evita arrastrar excesos que ya cumplieron su función social y festiva.

La fiesta se celebra una noche. El metabolismo la recuerda varios días. Elegir bien qué vuelve al plato es la diferencia.

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