En Argentina se tiran 72 kilos de comida por persona al año: el llamado del Banco de Alimentos en la previa de las fiestas

Compartir

En la Argentina, cada persona desperdicia en promedio 72 kilos de alimentos por año. Si se mira el dato puertas adentro de los hogares, la cifra asciende a 198 kilos, un volumen que equivale a 1.000 millones de raciones de comida que no llegan a la mesa de quienes más lo necesitan. En la antesala de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el Banco de Alimentos Buenos Aires puso el foco en estos números y lanzó un llamado a revisar hábitos de consumo y planificación.

“Estas cifras impactan, sobre todo cuando se acercan días festivos. Pero son fundamentales para tomar conciencia y reducir el desperdicio”, explicó Fernando Uranga, director general del Banco de Alimentos Buenos Aires. Y agregó: “Cuando un alimento que es apto para el consumo se descarta, no sólo se pierde la comida: también se desperdician los recursos invertidos en producirla: agua, suelo, energía, envases, transporte y mano de obra”.

La pobreza en el Gran Resistencia bajó más de 28 puntos en un año, pero sigue entre las más altas del país

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

Según Uranga, recuperar alimentos genera un triple impacto —económico, ambiental y social—, un círculo virtuoso que se sostiene gracias al trabajo de una extensa red de voluntarios. En ese marco, subrayó que las decisiones cotidianas que se toman en los hogares “impactan a nivel nacional y contribuyen a que los alimentos lleguen a quienes más lo necesitan”.

Radiografía del desperdicio de alimentos

Los datos surgen del primer estudio sobre gestión de alimentos en los hogares realizado en el marco del Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la consultoría del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI).

Entre las principales causas del desperdicio aparecen el deterioro durante el almacenamiento, la preparación de más comida de la necesaria, el vencimiento de productos y el servirse en exceso.
En cuanto a los alimentos más descartados, lideran la lista las frutas y verduras (77,2% de los hogares), seguidas por harinas, arroz, polenta, fideos y legumbres (26,2%), y panificados y productos de pastelería.

A escala nacional, se pierden o desperdician alrededor de 16 millones de toneladas de alimentos por año, según datos de la Dirección de Agroalimentos de la Secretaría de Agricultura. El sector más afectado es el de frutas y verduras: el 45% de lo producido no llega al consumo, ya sea por pérdidas en cosecha, transporte y distribución, o por desperdicio en los hogares.

Desde el Banco de Alimentos Buenos Aires destacaron que en lo que va de 2025 ya se recuperaron más de 6.100 toneladas de alimentos, de las cuales 1.200 toneladas son frutas y verduras frescas. La proyección es alcanzar las 7.000 toneladas antes de fin de año.

Cómo funciona el rescate de alimentos

El Banco de Alimentos recibe únicamente productos aptos para el consumo, tanto perecederos como no perecederos, y los distribuye a 1.280 organizaciones sociales del AMBA. Las donaciones provienen de la industria alimenticia, supermercados, productores de frutas y verduras y empresas de logística, que también colaboran con los fletes.

El proceso incluye la oferta de alimentos por parte de los donantes, la clasificación y control en el depósito —con cámaras de frío para productos refrigerados y congelados—, la asignación mensual según las necesidades de cada organización y la entrega final para su consumo. El Banco no acepta alimentos vencidos y exige rotulación legible y completa.

Cada donación cuenta con trazabilidad: los donantes reciben un reporte detallado sobre qué organizaciones recibieron los alimentos y cuántos kilos fueron distribuidos.

La cocinera sustentable Laura Di Cola, colaboradora del Banco de Alimentos Buenos Aires, puso el acento en la vida diaria: “La cocina sin desperdicio toma lo ancestral y no reniega de lo moderno. Hoy sabemos que en Argentina cada persona desperdicia en promedio 72 kilos de alimentos por año: eso significa que además de comida, la energía, el trabajo humano y el dinero terminan en la basura”.

Demandaron a ANMAT por flexibilizar los criterios de la Ley de Etiquetado Frontal de alimentos

Di Cola explicó que hasta un 30% del desperdicio hogareño está vinculado a la mala planificación y al almacenamiento incorrecto, y que con cambios simples una familia puede reducir entre 25% y 40% su descarte mensual. También destacó la importancia de la educación desde la infancia: “Cuando un niño aprende que una verdura no se tira porque está fea, sino que se transforma, estamos formando adultos más responsables. El cambio cultural empieza en la cocina de casa”.

Recomendaciones para reducir el desperdicio en casa

Aplicar la rotación “primero vence, primero se usa”.

Ordenar correctamente heladera y alacena, separando crudos y cocidos.

Planificar las comidas de la semana para evitar cocinar de más.

Comprar productos locales y de estación.

Revisar y transformar alimentos antes de que se deterioren.

Aprender técnicas seguras de conservación: encurtidos, fermentos, congelado.

Cocinar con lo que hay y revisar la despensa antes de volver a comprar.

Comprar con conciencia panificados, frutas y verduras.

Cocinar legumbres por tandas y congelarlas.

En un contexto de inseguridad alimentaria creciente, el mensaje es claro: reducir el desperdicio no es sólo una decisión individual, sino una acción concreta con impacto social, económico y ambiental.

gd cp

Noticias Relacionadas