La fiesta de Rosalía en tres movimientos: el abogado de Sijena, el taxi de Belén Esteban y la alarma de Protección Civil

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Primer movimiento

Si habías sido invitado a la presentación de ‘Lux’ en Barcelona lo más importante era callar. Ni se te ocurra decir dónde es, insitían. Nadie lo hizo, pero tampoco nadie contaba con la aparición, en este caso bastante marciana, de un abogado, el del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, Jorge Español, quien a través del juzgado de Huesca intentó que se parara la listening party que se celebraba esta noche en el MNAC para que las pinturas murales no se vieran afectadas por la vibración de la música. Y, ¡pum!, el secretito explotó y la petición se esfumó.

Segundo movimiento

Un taxi no encuentra la fiesta ya no tan secreta de Rosalía en Barcelona. ¿No ha visto lo que ha dicho el abogado de Sijena? En el coche nada más ni nada menos que Belén Esteban, reina también del mainstream, intentando que los periodistas le orienten y digan por debe entrar. Entró Belén, realmente la diva más terrenal, y se emocionó. Al final de la escucha se acercó a la prensa y se abrió: “con algunas canciones he llorado”.

Tercer movimiento

La megafonía lo advirtió: sonarán las alarmas de Protecció Civil por las lluvias antes de las 22 horas. Y, efectivamente, el cielo que presentaba Rosalía se abrió por completo. Una tormenta de pitidos de esos tan agudos que uno solo escucha en estos casos o cuando va a esas revisiones médicas para renovar algun carné tan apetecibles. La gente se apresuró, pero la oscuridad fue brevemente interrumpida por las pantallas de los teléfonos, cuyas cámaras fueron tapadas con una pegatina para que no se difundieran imágenes de esa gran misa de Rosalía en el MNAC.

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