El Gobierno de Estados Unidos ha echado el cierre esta medianoche al ser incapaz de aprobar un presupuesto para mantenerse operativo. Donald Trump acusa del bloqueo a los demócratas, que no le dieron los votos que necesitaba. Mientras, estos denuncian que no pueden dar luz verde a los recortes que propone, que dejarán sin subsidios para los seguros de salud a unos 15 millones de personas de rentas más bajas. A continuación, seis claves para entender este bloqueo de un país más polarizado que nunca, donde la oposición demócrata parece comenzar a despertar un año después de que Trump regresara a la Casa Blanca:
Qué es un cierre de Gobierno
A pesar de tener la mayoría en ambas cámaras legislativas, los republicanos precisan del apoyo demócrata para conseguir el mínimo de 60 votos para aprobar el presupuesto. En concreto, con 53 escaños, les hacen falta al menos 7 votos tránsfugos. Pero no hubo acuerdo cuando la fecha límite llegó esta madrugada (el año fiscal comienza el 1 de octubre en EEUU) lo que deja a la Administración sin fondos para operar.
Sin dinero para las diferentes patas de los servicios públicos, muchos de estos deberán suspenderse, se ralentizarán o se darán a costa de que los funcionarios trabajen sin cobrar. Los cierres no son inéditos: el más largo, también bajo Trump, duró 34 días en 2018. Sin embargo, la coyuntura actual apunta a un impacto más profundo y duradero.
Por qué los demócratas bloquean el presupuesto
El epicentro de la disputa es la financiación sanitaria. Los demócratas exigen mantener las subvenciones a los seguros médicos de las rentas más bajas (Medicaid) y revertir los recortes aplicados en la llamada “Ley Grande y Bella” de Trump. Además de los 15 millones de personas perderían su cobertura médica y otros 24 millones verían un incremento del 75% en las primas de sus seguros a final de año según lo previsto en la nueva ley.
La defensa de la salud pública se ha convertido en el eje de un bloque demócrata que, hasta ahora, aparecía fragmentado. Los republicanos, conscientes de que se trata de un flanco vulnerable, rechazan las condiciones y proponen únicamente una prórroga corta sin concesiones. El pulso refuerza a los demócratas como bastión opositor frente a una de las reformas más impopulares de la agenda presidencial.
Consecuencias inmediatas
Cientos de miles de empleados públicos serán enviados a casa sin sueldo o deberán trabajar sin cobrar. Este martes ya se produjeron más de 100.000 despidos, dentro del plan de la Administración Trump para eliminar 275.000 puestos federales.
Los servicios considerados esenciales —seguridad nacional, control aéreo, fuerzas armadas, agencias como el FBI o la DEA— seguirán en funcionamiento, aunque con personal reducido y sin remuneración inmediata. En cambio, organismos culturales y de atención al ciudadano, como museos o parques nacionales colgarán el cartel de ‘cerrado’. Los juzgados federales se verán afectados en cuestión de días.
Impacto a largo plazo
El temor entre sindicatos y expertos es que las medidas excepcionales se vuelvan permanentes. La eliminación de puestos en la Administración podría consolidar un desmantelamiento estructural del Estado, alineado con la ideología de Trump de recortar programas sociales y reforzar el control de la seguridad, como ya promovió cuando puso a su entonces aliado Elon Musk al frente del que llamó Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Además, la Justicia federal solo dispone de reservas para unos días. Después, deberá limitarse a casos de emergencia. El sistema judicial, clave para frenar o impugnar políticas presidenciales, sufriría una parálisis con consecuencias en cascada para trabajadores despedidos, inmigrantes en procesos de deportación o contratistas del Gobierno.
Lastre económico
Un cierre prolongado amenaza con frenar el crecimiento económico. Históricamente, incluso cierres breves han reducido el PIB. Ahora, con un mercado laboral estancado y una guerra arancelaria en curso, los efectos podrían ser más graves.
Los economistas alertan de que la interrupción del gasto federal afectará al consumo y a la confianza inversora. La congelación de programas de ayuda alimentaria podrían dejar sin apoyo a millones de familias de bajos ingresos. Las pequeñas empresas, que dependen de créditos y permisos estatales, se verían especialmente vulnerables.
En paralelo, el cierre de parques nacionales y monumentos turísticos tendría repercusiones directas sobre el sector turístico, con pérdidas económicas añadidas para hoteles, aerolíneas y comercios vinculados al flujo de visitantes.
Perspectivas de resolución
El desenlace dependerá de la resistencia de cada bloque. El precedente de 2018 mostró que las presiones ciudadanas y empresariales pueden forzar un acuerdo, especialmente si se acumulan retrasos en aeropuertos y pérdidas salariales. Sin embargo, el cruce de culpas entre republicanos y demócratas deja pocas señales de compromiso inmediato. En Washington, la única certeza es que la incertidumbre política y económica marcará el inicio del nuevo año fiscal.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, el demócrata Hakeem Jeffries (centro) habla en las escaleras del Capitolio para insistir en que los republicanos no recorten los subisdios para los seguros de salud de las personas con rentas más bajas, condición impuesta por la oposición para aprobar los presupuestos / J. Scott Applewhite / AP
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