Desde hace casi 40años (arranqué en esto del periodismo del motor en el año 1987) he tenido la gran suerte de viajar por medio mundo (y un poco más) conociendo de primera mano todas las novedades del sector del automóvil, cubriendo mundiales de F1, Motos (incluso cuando aún no eran MotoGP) y Rallys. He conocido muchas culturas, países, personas y he cubierto miles de kilómetros de carreteras, con todo tipo de vehículos. Y, ¿saben? Además de todo el bagaje profesional que se adquiere, y la perspectiva vital del mundo en el que habitamos, nunca he dejado de aprender.
Viajando por el mundo te das cuenta de que la educación forma parte intrínseca del desarrollo personal. Con educación y paciencia se llega a todas partes, tarde o temprano, pero se llega. Y se llega bien. Pero los tiempos han cambiado a una velocidad de vértigo y ahora todo (dicen) tiene que ser rápido, inmediato. Mentira. Esa velocidad es la que nos impide ver el paisaje social, humano.
Circulación en Noruega / Joan Pérez
Perdemos la perspectiva y nos dejamos llevar como borregos por lo que hacen los demás. Influencers (no todos) que ni influyen ni enseñan, solo se muestran a si mismos pensando que saben un montón. Te hablan en un lenguaje que quiere pasar por coloquial pero que no cuenta nada, más cercano a una generación de comeflores que viven instalados en el mundo de la purpurina, que un idioma del que podamos sacar algo en claro. Pero nos hemos dejado instalar en ello.
Llámenme romántico, ingenuo o hasta estúpido, pero yo no me quiero dejar atrapar por ese mundo vacío de emociones reales. De ese mundo vacío de educación. Y ahí es a dónde voy. Todo se resume en un tema de mensaje y de humildad. Con ello educamos, y educamos personas. En mis últimos viajes por países como Noruega o Estados Unidos he vuelto a comprobar la gran distancia educativa que tenemos aquí en materia de educación. Sobre todo en la que afecta directamente a la movilidad, al automóvil y a la necesidad de desplazamiento. Les hablo de la educación vial (o viaria, como quieran llamarla).
Circulación por Noruega / Joan Pérez
Noruega es un país maravilloso, caro y maravilloso. Con carreteras increíbles que se serpentean por todos sus fiordos y escalan montañas. No todas son autopistas, de hecho hay más bien pocas, incluso muchas cumplen a la perfección con el canon de carretera de montaña de toda la vida, pensadas para coches de antaño. Prácticamente solo cabe un vehículo por sentido, pero circulan más de uno, y lo hacen con fluidez. Cada 20 o 30 metros, en las zonas complicadas, hay un espacio para apartarse. Todo el mundo lo hace, con paciencia y educación, mucha educación. Y, claro, todo el mundo pasa.
Me da que aquí estamos lejos de eso. Estoy harto de ver gente apurando las zonas de paso, cortando trayectorias, diciéndose eso de «aquí paso yo primero, porque lo digo yo». Estoy harto de ver gente saltándose semáforos (en coche, en moto, en bici , en patinete… y a pata). Buscando esa picaresca absurda que pertenecemos haber heredado de Platero y Yo o de Rinconete y Cortadillo… por no decir El Quijote. Nos falta mucha educación y menos creerse ser el más listo de la clase.
Carreteras noruegas / Joan Pérez
En Estados Unidos, en los cruces de carretera todos tienen un Stop y van pasando por orden de llegada. a ese cruce. Paciente y educadamente. Lo hacen de forma natural, y he visto pocos listos. Muy pocos. La gente respeta. ¿La velocidad? les crujen, así que nadie corre. Nfin.
Más Noruega, los párkings carecen en su mayoría de barrera. La gente entra, aparca y cuando se va introduce su matrícula en la máquina, paga y se va…. anda que aquí lo haríamos. Un párking sin barreras, tela. Tampoco se corre, se respetan los límites, y todo el mundo llega. Esa es la educación que reclamo, la que necesitamos. Y empezaría por los colegios (no solo con una única visita a la Guardia Urbana en Primaria). Sigo abogando por una asignatura propia y obligatoria de Educación Vial (no Seguridad Vial, porque educación es seguridad).
Y ya no hablemos del tema del coche eléctrico. En un país con una media del mercado del 96% enchufado es lo normal. Pero que no me cuenten que en España es difícil llegar a eso porque es un país montañoso (que lo he escuchado). Anda que no hay montes en Noruega. La clave: Puntos de Recarga. Muchos y que funcionan. En los pueblos hay bar, colmado, iglesia y punto de recarga. Ahí está el secreto.