Un nuevo estudio pone de manifiesto que ola reaccionaria hacia el feminismo y la igualdad de género ha calado en una parte de los jóvenes españoles. El informe ‘Así somos. El estado de la adolescencia en España’, publicado este jueves por la oenegé Plan Internacional, revela que al 72% de los chicos de entre 12 y 21 años les preocupa ser acusados injustamente de acoso sexual o violencia de género, a la par que minimizan y justifican algunos comportamientos violentos o sugieren que su género está perdiendo «privilegios».
La encuesta se ha realizado con las respuestas de 3.500 chicos y chicas de entre 12 y 21 años, por lo que abarca la generación Z y Alfa, con el fin de radiografiar a las cohortes más jóvenes, conocer sus costumbres y sus preocupaciones. En este contexto, llama la atención las respuestas de una parte de los adolescentes y jóvenes sobre la igualdad de género. Un 22% de las jóvenes más mayores, entre 17 y 21 años, admite que ha sufrido acoso o violencia machista y un tercio de ellas que conoce a alguien cercano que ha sufrido una experiencia de este tipo.
Pese a ello, en torno al 30% de los chicos no rechaza con firmeza que un joven pegue o amenace a su novia o la presione para mantener relaciones sexuales y un 20% entre las chicas. Es verdad que hay una gradación, de ese 30% algunos de ellos consideran esas aptitudes «casi nunca aceptables» y otros «siempre aceptables». Pero solo un 71% las rechaza en cualquier ocasión. También justifican algunas actitudes controladoras. Por ejemplo, casi la mitad de los chicos justifica que en alguna ocasión se revise el móvil de la novia y que se quiera saber dónde está en todo momento.
Al mismo tiempo, ciertas respuestas sobre que las chicas son más estudiosas pero «tienen más oportunidades» muestran que una parte de los jóvenes españoles se «siente en desventaja» por una «eventual pérdida de espacios y privilegios«, según interpreta Julia López, gerente de Investigación e Incidencia de Plan International y coordinadora del estudio.
Los discursos en redes
A su juicio, son respuestas «ambivalentes» hacia la igualdad y la violencia de género que están relacionadas con el temor que admiten siete de cada diez chicos a ser acusados injustamente de cometer una agresión o acoso sexual. Unas preocupaciones que denotan que «no les está llegando o no de la manera correcta las políticas educativas y las campañas de concienciación sobre la igualdad de género».
El problema, según la especialista, es que la juventud se ve más influenciada por los discursos violentos y de odio que proliferan en las redes sociales, donde Vox y la manosfera cargan contra el feminismo e inoculan la idea de que el problema de la violencia de género son las denuncias falsas. Asimismo, el porno agresivo y misógino es de fácil acceso. En este contexto, el estudio ha indagado especialmente sobre el uso que los jóvenes hacen de la Inteligencia Artificial, dado que, en poco tiempo, se ha establecido como una herramienta muy presente en sus vidas.
Solo el 14% admite no haberla utilizado el último mes. La mayoría la usa con fines académicos, aunque un 18% de las chicas y un 12% de los chicos recurre a la IA para hablar y contarle sus problemas, como si se tratara de un amigo confidente. Eso sí, son conscientes de los riesgos que entraña. A la mayoría les preocupa la generación de ‘fake news’ y los diagnósticos indebidos en salud mental y el 68% de las chicas teme desarrollar adicción a la IA, siete puntos más que los chicos. Además, a ocho de cada diez jóvenes le preocupa que se use su imagen para crear contenido sexual falso y tres de cada cuatro ven altamente probable que la IA sustituya a las personas en el trabajo.
Las propuestas
Para la directora general de Plan International, Concha López, “en un mundo en el que la IA tiene cada vez más impacto, incluso en las esferas más íntimas, es indispensable una apuesta por la inteligencia y la educación emocional para proteger a los y las adolescentes, que están expuestos, sobre todo en el caso de las chicas, a nuevas formas de violencia y control”.
Frente a ello, la entidad considera «urgente» la «incorporación estandarizada de la educación digital, emocional y afectivo-sexual en el currículo escolar desde edades tempranas con enfoque de derechos y de género». Asimismo, ve necesario regular la IA y las plataformas digitales y prevenir problemas de salud mental, adicciones y violencia digital, con mecanismos de detección temprana y protocolos en los sistemas sanitario y educativo.
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