Todo quedó en familia y en casa. En una familia que albergaba a toda Cataluña, a todo Montmeló, a todo el Circuit, a más de 82.000 fans, a papá Julia y mamá Roser y, sobre todo, a dos hermanos que se han convertido, protagonizando un año insólito en el mundo del deporte y, ya no digamos, en el ‘motorsport’.
Marc y Àlex Márquezconfirmaron ayer, Barcelona, en el Gran Premio de Cataluña, que son, sin duda, los dos grandes protagonistas del Mundial de MotoGP, que se decidirá, sino en toda su extensión (la fiesta de Àlex, como flamante subcampeón del mundo deberá esperar aún algunos grandes premios) a finales de mes cuando MM93 conquiste su noveno cetro mundial en Motegi (Japón).
Si no era en la ‘casa de Valentino Rossi’, este fin de semana en Misano, que no lo será, el Mundial caera a manos de Marc Márquez, vaya, en ‘casa Honda’, la fábrica que permitió marcharse a Marc a los brazos de Ducati, aunque fuese en un equipo satélite, y lleva meses lamentando no haber contratado, por el dinero y los medios que fuesen, al gurú Gigi Dall’Igna, cuya contratación, fijo, hubiese frenado la escapada del mayor de los Márquez a Borgo Panigale (Italia).
«El mérito de la victoria de ayer, en Montmeló, que se la debo y dedico a mi equipo, es haber aguantado a Marc durante 22 vueltas detrás, sobre todo después de haber sufrido la caída del sábado cuando él ya había tirado la toalla».
Àlex Márquez
— Piloto del Gresini Racing Team Ducati
La grandiosidad de lo que hizo ayer el pequeño de los Márquez se puede medir por distintos detalles. Por ejemplo, el viernes fue el único piloto Ducati que posó, en la foto oficial de la conquista del título mundial de constructores, junto a la pareja oficial, integrada por ‘Pecco’ Bagnaiay Marc Márquez, pues fue el único ‘otro’ ganador de un GP. Ya posee la triple corona de Barcelona, pues ha ganado en el Circuit en las tres categorías. Y es el único piloto de Ducati que ha sido capaz de ganar, con su misma moto, a Marc Márquez, en el ‘sprint’ de Inglaterra y en el GP de Cataluña.
“Lo he dicho muchas veces, si Àlex tuviese otro apellido, se le valoraría muchísimo más, se le consideraría todo un campeón, perdón, todo un bicampeón, que es lo que es”, señaló ayer Marc al término del GP de casa. “Está haciendo un temporadón, pero lo que ocurre es que ha tenido ese hándicap, el de ser el hermano de…cuando, para mí, eso ha sido su principal mochila y no, precisamente, la ayuda que creen muchos”.
Àlex Márquez celebra su triunfo en Barcelona saltando por encima de su Ducati en el ‘corralito’ de Montmeló. / ALEJANDRO CERESUELA
“Su problema es que tiene un hermano que está haciendo también una temporada terrible, la que nunca se esperaba”, añade Marc, como si hablase de su tercer hermano y no de él. Àlex está fantástico y, tras un arranque tremendo, se fracturó el índice de la mano izquierda y sufrió un frenazo, lógico, como nos pasa a todos pero, sacando estas tres últimas carreras, está haciendo una temporada que, si no estuviese su hermano, sería campeón”. Como lo fueron, esto es cosecha mía, Fabio Quartararo, Joan Mir, ‘Pecco’ Bagnaia y Jorge Martín.
“Àlex es capaz de todo. Es diesel y, por tanto, no tiene mi explosividad”, siguió explicando Marc, “ni tampoco un extratalentazo como tienen algunos de la parrilla de MotoGP, pero a trabajar, a matarse en el gimnasio y en la pista, en bici y en moto, no le gana nadie, nadie. En eso, es impresionante, siendo capaz de ganar carreras y títulos en Moto3 y Moto2 y, ahora, aspirar al subcampeonato del mundo en una parrilla repleta de campeones”.
«Siempre lo digo, Àlex es diesel, va poco a poco, es muy metódico, pero siempre acaba consiguiendo sus objetivos, fue campeón de Moto3 y Moto2 y, si no estuviese su hermano, este año podría ser campeón de MotoGP. Puede que no tenga el extratalentazo de otros, pero trabaja más que nadie».
Marc Márquez
— Piloto del equipo Lenovo Ducati
El ocho veces campeón del mundo contó que Àlex volaba en Montmeló y, por tanto, la estrategia era intentar seguirle. “Recuerdo que Davide Tardozzi (Team Manager del equipo Lenovo Ducati), me dijo al dirigirme hacia la parrilla de salida que, tal vez, hoy (por ayer) era el día de aceptar que no se puede ganar, imaginaros lo fuerte que vio a Àlex. Y en eso trabajé. Me puse primero para tantear mi neumático delantero, que me daba cierto miedo y, luego, decidí utilizar el rebufo de Àlex para alejarnos de los demás. Hoy (por ayer), mi atención no estaba puesta delante, pues Àlex me parecía inalcanzable, estará puesta detrás para distanciarme del tercero”.
Todo el mundo piensa que si el que hubiese liderado la prueba hubiera sido cualquier otro, tal vez Marco Bezzecchi (Aprilia), Pedro Acosta (KTM) o el mismo Enea Bastianini (KTM), Marc hubiese intentado pasarle y ganar la carrera, pero era su hermano y a él simplemente le iba conseguir una bola de partido, pero, como señaló su madre Roser Alentá, “lo de Marc puede esperar, hoy (por ayer) tenía que ganar Àlex, el ‘peque’, se lo merecía más que nadie”.
Marc y Àlex Márquez celebraron otro doblete ante sus fans en Montmeló. / ALEJANDRO CERESUELA
“Pese a todo, lo intenté”, termina diciendo Marc, “pero ya he entrado colado en la curva 7, en la 10 me he ido largo y temía caerme, así que al ver que Àlex hacía aún mejores cronos, decidí conformarme con el segundo puesto que, tratándose de Montmeló, casi sabe a victoria”.
Y Àlex qué opina de todo esto, pues que está en una nube, que lo ha vuelto a conseguir: Jerez y Barcelona, “Mira, ya le gano en algo a Marc, estamos 2-1…en España, yo gané en Jerez y Montmeló y él, de momento, solo en Motorland (Aragón), en Cheste (Valencia), en el último GP del año, se juega la posibilidad de empatarme o, quién sabe, igual le vuelvo a ganar. Ese es mi pique con él”.
Marc contó que, cuando se dirigía a la parrilla de MotoGP, David Tardozzi, Team Manager de equipo Lenovo Ducati, le sugirió que fuese con cuidado porque Àlex estaba muy fuerte: «Yo creo, Marc, que hoy es el día para reconocer que no se puede ganar».
Respecto al triunfo en Barcelona, el ‘Pistolas’ considera que le era muy necesario para volver a ser el Àlex Márquez de inicio de campaña. “Este triunfo va dedicado al equipo, que trabajan como bestias para poner en mis manos una moto que, incluso, va demasiado bien y, a veces, debes reprimirte, pues todo lo que le pides, te lo da”.
Mientras Bagnaia y Joan Mir lo comentaban en voz alta, ya en el primer GP de la temporada, en Tailandia (“Marc está jugando con nosotros”, dijo el italiano; “solo Marc puede perder el título”, señaló el mallorquín), Àlex le comentaba a todo el que quería oírlo que “Marc está en otra esfera y, cuando nos acerquemos a él, si es que nos acercamos, él dará otro pasito y volverá a irse”.
Por eso valora más que nadie “haberle tenido detrás durante 22 vueltas, pues aguantar a Marc 22 giros detrás de ti, temiendo que, en cualquier momento, decida intentar pasarte, no es nada fácil y menos arrastrando la caída del sábado que me impidió, tal vez, ganar también la carrera al ‘sprint’ de casa”.
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