Por salud, por sabor y también por responsabilidad medioambiental lo ideal es comer siempre fruta de temporada.
No es ningún secreto que las frutas que tocan en cada mes viajan menos, tienen más sabor y encima suelen ser más baratas.
Septiembre es un mes de transición entre el verano y el otoño y aunque aún encontramos melocotones o uvas hay un fruto que se convierte en protagonista absoluto: el higo.
Los higos son la segunda cosecha de la higuera después de las brevas, que se recogen en junio. En cambio los higos, los de verdad, llegan en agosto y septiembre, cuando están más tiernos, jugosos y dulces.
En esa línea la creadora de contenido Carmen Gahona propuso una versión diferente de un clásico andaluz: el salmorejo cordobés con higos y fresas.
La preparación parte de la receta tradicional de salmorejo: “pan, tomate, ajo, aceite y sal, y así y lo pones en la fuente no lleva más nada”.
La clave está en usar un buen kilo de tomates maduros, dos bollitos de pan duro, un par de dientes de ajo y un chorro generoso de aceite de oliva. Todo se tritura hasta conseguir una crema espesa, la típica textura del salmorejo que “tiene que costar trabajo ahí, que esté un poquito espeso”.
El toque distinto llega al final en la decoración. Sobre la crema ya lista, Gahona coloca los higos abiertos “como un reloj, las tres, las seis y las nueve”. Después añade fresas y también piñones para completar un emplatado vistoso y lleno de contrastes.
El resultado es un plato que conserva la esencia del salmorejo cordobés (fresco, nutritivo y saciante) pero que se adapta al mes de septiembre con productos de temporada.