La cruzada contra la Agenda 2030

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Cruzada contra la Agenda 2030. Así viven algunos desde que se aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Deberían ser admitidos, porque son unos mínimos comunes para todos los países, sobre combatir la pobreza o mejorar la educación. Es una hoja de ruta para saber hacia dónde deberíamos ir si queremos dejar un mundo algo digno a las próximas generaciones. No veo dónde está el peligro.

Como siempre, cuando algo así cae en manos de la ultraderecha en cualquier país, se convierte en campo de batalla. Hacen ideología mercenaria de una cuestión básica de derechos. Y entonces surge el rollo conspiranoico y pregonando que es diabólica, que acaba con la soberanía o que es adoctrinamiento. La sombra de esta agenda ha brotado de nuevo con los últimos incendios. Y hay tertulianos en medios de comunicación diciendo tan tranquilos que el texto tiene agujeros o zonas oscuras. Soltar la sospecha y que ahí quede. Así que hagamos un repaso a las mentiras que nos venden.

Mentira 1. «La Agenda impide la limpieza de los montes». No hay ni una línea del documento donde se prohíba. Todo queda a decisión de los países. Su objetivo 15 habla de fomentar la gestión sostenible de los bosques, sin más. Para eso tenemos en España la ley 43/2003, que respalda esa limpieza para prevenir incendios.

Mentira 2. «La Agenda es una amenaza de muerte al campo español». Ya me dirán cómo se hace eso, si el acceso a fondos europeos vinculados a los objetivos de la Agenda ha mejorado regadíos, modernizado maquinaria, aumentado la competitividad y ha reducido costes. Amenaza para el campo es la sequía o el cambio climático o votar en contra de medidas que palíen esos efectos.

Mentira 3. «La Agenda es un plan de ingeniería social para destruir la identidad nacional y controlar a la ciudadanía». Este es el mayor ejemplo de conspiración. ¿De verdad garantizar agua potable, promover la salud, reducir la pobreza o mejorar la eficiencia energética, en un mundo que no tiene recursos ilimitados, es destruir la identidad? El caso es inventar.

Mentira 4. «La Agenda es adoctrinamiento educativo y de género». En verdad el único «adoctrinamiento» aquí es el que practican quienes asocian políticas de sostenibilidad, justicia e igualdad con un supuesto apocalipsis social. Dígame dónde está lo radical en asegurar una educación equitativa y de calidad, promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, o favorecer la igualdad, sobre todo entre niñas excluidas de la educación en muchos países.

Mentira 5. «La agenda aumenta la pobreza». Si leen, sus objetivos plantean lo contrario: reducir la desigualdad, crear empleos sostenibles o fortalecer sistemas de protección social. Todo al revés de lo que cuentan estos apocalípticos. El negacionismo que promueven sí pone en riesgo a las generaciones futuras, retrasando medidas urgentes frente a problemas reales.

Y ya, para rematar la propaganda de esta gente, una aclaración importante. La Agenda 2030 no es un tratado vinculante que imponga leyes desde la ONU. Es un marco de cooperación internacional, aprobado por todos los estados, de diferentes signos políticos. Cada país adapta esos objetivos a sus circunstancias, con libertad para decidir. Ni Bruselas ni la ONU nos obligan a cerrar explotaciones agrarias, prohibir tradiciones culturales o imponer ideologías. Eso es rotundamente falso. A la Agenda se le pueden poner peros, como que no es perfecta, que es ambiciosa o complicada de llevar a cabo, pero son retos necesarios. Negar la Agenda es negar que España se beneficie de crecer. Es dar de lado a proyectos de innovación, financiación verde y cooperación internacional, que podrían mejorar la vida de millones de personas.

Así que no crean lo que vende esta gente, porque los que adoctrinan y los que tienen otros intereses son ellos. Más que nada, porque la Agenda parte de un principio básico: que los grandes problemas de nuestro tiempo solo se pueden resolver cooperando. Y si tienen dudas, lean, porque en ese documento está todo lo que la ultraderecha no quiere que sepas. No crea las mentiras sobre la Agenda 2030. Hacerlo solo nos hace más vulnerables frente a quienes prefieren el ruido al progreso y la propaganda al compromiso.

*Profesora de la UOC y periodista

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