A 86 años del nacimiento de Nicolino Locche: la noche de la gloria mundial en Tokio

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Leyenda absoluta del boxeo en Argentina, demostró que no necesitaba potencia para ser uno de los mejores del mundo.

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Con un estilo cuestionado y malos hábitos, logró conquistar títulos mundiales en el boxeo y ser un referente en Argentina y todo el mundo.

Nicolino Locche cambió el boxeo con una defensa que agotaba rivales. Desde Mendoza, su destreza para esquivar golpes llenó estadios y marcó un hito en el deporte. Su estilo lo llevó a ser campeón mundial, ganando el respeto de miles por su inteligencia en el ring.

Nacido en una familia modesta, este mendocino enfrentó a los mejores con astucia. Su reinado como campeón atrajo multitudes, pero su falta de agresividad y excesos personales generaron críticas. Su carrera dejó un legado que combina habilidad inusual con decisiones que dividieron opiniones.

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La leyenda del boxeo en Argentina logró maravillar a todos con su defensa en el cuadrilátero.

El Intocable, el tercer argentino campeón mundial de boxeo

Nicolino Locche, nacido en 1939 en Tunuyán, Mendoza, empezó a boxear a los ocho años en el Mocoroa Boxing Club. Debutó como profesional en 1958, destacándose por su defensa. En 1968, conquistó el título mundial welter junior, categoría de hasta 63.5 kilos, en Tokio.

Locche venció a Paul Takeshi Fujii en nueve asaltos, cuando el hawaiano-japonés abandonó agotado. Su estilo defensivo llenaba el Luna Park, estadio emblemático de Buenos Aires. Defendió el título seis veces hasta 1972, cuando lo perdió ante Alfonso Frazer en Panamá.

Críticos cuestionaron su boxeo por ser poco agresivo, con solo 14 nocauts en 117 victorias de 136 peleas. Su tabaquismo crónico dañó su salud, llevándolo a un paro cardíaco en 2005. Sin esos excesos, su carrera pudo haber alcanzado logros aún mayores.

Con la confianza al 100%: la anécdota con Cacho Fontana

En 1968, antes de su pelea por el título mundial de boxeo, Nicolino Locche mostró una confianza total. A media hora del combate contra Paul Takeshi Fujii en Tokio, se quedó dormido en el vestuario. Su promotor, Juan Carlos Lectoure, lo despertó, pero Locche reaccionó con calma.

Cacho Fontana, locutor de la transmisión, preparó dos guiones: uno por victoria y otro por derrota. Locche, seguro de su triunfo, rompió el guión de la derrota diciendo: “Esto no lo vas a usar”. Luego, fumó un cigarrillo y venció a Fujii en nueve asaltos.

Esa actitud relajada lo hizo célebre, pero su tabaquismo marcó su carrera. El hábito, evidente antes del combate, contribuyó a su muerte en 2005. Su confianza era su fortaleza, aunque sus excesos generaron críticas sobre su profesionalismo.

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