Armenia y Azerbaiyán firman la paz frente a Trump tras décadas de guerra en el Alto Karabaj

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Han tardado 34 años de guerra, más de un centenario desde que existieron los primeros combates entre armenios y azeríes en el Alto Karabaj, una región montañosa entre Armenia y Azerbaiyán que está dentro de territorio azerbaiyano. 

Pero finalmente, tres décadas después y este viernes, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyán, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, han puesto azul sobre blanco: Ereván y Bakú han empezado sus primeros momentos de paz desde que ambos países se independizaron de la Unión Soviética en 1991.

En medio de ambos, en el centro de una mesa larga rodeada de banderas, dándose importancia y jugando el papel de procurador y mediador, un Donald Trump exultante: «Es un documento tremendamente importante. Justo acabamos de salir del despacho oval, firmando muchos papeles, muchos papeles, que serán muy importantes y muy bonitos tanto para Armenia como para Azerbaiyán. Rusia intentó esta paz durante mucho tiempo, y no lo consiguió. Incluso el ‘dormilón’ Joe Biden, lo intentó, pero le duró poco, como con todo. Ahora nosotros lo hemos conseguido», ha dicho el presidente estadounidense durante la ceremonia de la firma, en la que ha tenido dificultades para pronunciar el nombre del país de Azerbaiyán. 

Los dos países caucásicos terminaron con sus hostilidades abiertas en otoño de 2023, cuando Bakú lanzó una ofensiva militar contra el Karabaj —una de varias, durante y después de la pandemia—, y obligó a toda la población armenia del lugar a abandonar sus casas. Azerbaiyán, que perdió la primera guerra del Karabaj, entre 1991 y 1994, ganó la segunda y definitiva, ayudada por su dinero del gas y del petróleo y, también, del poderío bélico de su gran aliada, Turquía.

Aliyev y Pashinyán ya habían pactado su texto de paz en marzo de este año, pero nuevas reclamaciones de Azerbaiyán, que pide que Armenia cambie su constitución para eliminar cualquier referencia al Alto Karabaj y que Ereván ceda su control del futuro corredor de transportes de Zangezur, retrasaron la firma. 

Hasta este viernes: según lo pactado, EEUU será quien gestione el desarrollo y la construcción de este corredor, que pasará a ser llamado Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacionales (TRIPP, en sus siglas en inglés). Este corredor unirá, a través del sur de Armenia, Azerbaiyán con el enclave azerbaiyano de Najicheván, encerrado entre las fronteras de Irán, Armenia y Turquía.

«Tanto Armenia como Azerbaiyán hemos perdido muchos años y vidas en este conflicto. Pero hoy es un día histórico porque conseguimos la paz. Porque el presidente Trump lleva la paz al sur del Cáucaso», ha dicho un adulador Aliyev durante la ceremonia de este viernes en Washington, en la que ha propuesto al multimillonario estadounidense como candidato al Nobel de la Paz

Diferentes perspectivas

El presunto final definitivo de esta guerra, así, es vista desde polos opuestos en ambos países. Los azerbaiyanos ven la firma como una confirmación sobre el papel de su victoria militar sobre el terreno; los armenios, como la estampa de la derrota. Pashinyán, en los últimos meses, vive en mínimos de popularidad históricos y es acusado por los sectores más nacionalistas del país de haber sido demasiado blando en las negociaciones. 

Su posición, según los expertos, no daba para mucho más: Armenia dispone de un Ejército diezmado, débil y con tecnología antigua y, además, el pequeño país caucásico fue abandonado a su suerte por Rusia, su supuesto principal aliado, durante toda la segunda guerra del Karabaj en 2021. Desde entonces, Armenia ha buscado solidificar sus alianzas con Occidente a expensas de su maltrecha relación con Moscú.

«Esto es un éxito para nuestros países, nuestra región y el mundo. El hito de hoy es otro ejemplo de tu liderazgo global y tu legado en el panorama internacional, señor presidente [Trump]. Mis felicitaciones a todos», ha dicho, también laudatorio, Pashinyán.

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