Milei adelantó que las reformas de «segunda generación» serán la tributaria, laboral y una mayor apertura comercial

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En una conversación con el historiador británico Niall Ferguson, el presidente Javier Milei compartió una visión crítica del sistema político y reafirmó el rumbo económico y geopolítico que imagina para la Argentina. La entrevista, grabada una semana atrás en la Casa Rosada y publicada este martes por The Free Press, sirvió como plataforma para que el mandatario detallara tanto los logros alcanzados como los próximos pasos de su administración.

«Siempre pensé que los políticos eran horribles y despreciables, pero la realidad es que son mucho peor», lanzó Milei al comenzar el diálogo, en el que describió un entorno institucional hostil y plagado de resistencias al cambio desde que asumió el poder.

En el plano económico, el presidente aseguró que su Gobierno ya logró estabilizar varios indicadores clave. Destacó que el gasto público fue recortado un 30% y remarcó que el déficit fiscal, que al inicio de su gestión equivalía al 15% del PBI, fue eliminado. Sin embargo, advirtió que esos avances no son suficientes sin una transformación cultural de fondo: «El déficit fiscal era del 15% del PBI, la inflación era del 1,5% diario. El gasto público cayó un 30%. Estos logros son condición necesaria pero no suficiente. Deben ir acompañados de la guerra cultural. Si no, cuando termine el gobierno todo se desvanece».

Javier Milei adelantó que las «reformas de segunda generación son la fiscal y laboral»

De cara al futuro, el mandatario trazó una hoja de ruta con nuevas reformas estructurales orientadas a liberalizar aún más la economía: «Nuestro objetivo es convertirnos en el país más libre del mundo, y las reformas de segunda generación son la fiscal, laboral y una mayor apertura al mundo en términos de comercio».

A su vez, subrayó el orden en el que estas políticas deberían implementarse para garantizar su efectividad: «Y aquí la secuencia también es muy importante. En primer lugar, reduciré los impuestos, ya que eso nos hará más competitivos y fomentará el crecimiento. Luego, haré que el mercado laboral sea más competitivo en consonancia con la reforma fiscal, lo que permitirá la creación de nuevos puestos de trabajo con mejores salarios, lo que a su vez me permitirá abrir la economía sin generar desempleo».

En su análisis sobre la situación actual del país, Milei compartió cifras que, según su visión, marcan un cambio de época: «En el primer trimestre de 2025, la economía creció un 5,7%, y en el segundo trimestre cerca del 8%. La tasa de pobreza bajó más de 22 puntos porcentuales; hemos sacado a unos 11 millones de personas de la pobreza y 2 millones de niños ya no son pobres».

El presidente también resaltó el papel de los jóvenes en la construcción de su proyecto político: «La primera en impulsar el movimiento liberal-libertario en Argentina, porque los jóvenes se rebelan contra el statu quo y han estado menos expuestos al adoctrinamiento de la educación pública». En esa línea, reconoció el impacto de las redes sociales en la difusión de sus ideas, especialmente durante la pandemia.

La reflexión de Javier Milei sobre su relación con Donald Trump

En cuanto a su visión del escenario global, Milei advirtió sobre los límites de aplicar recetas económicas sin tener en cuenta el contexto geopolítico. «Ambos nos enfrentamos al mismo enemigo, que es el socialismo de diferentes tipos, ya sea comunista o woke. Ahora bien, no se puede aplicar la teoría económica en el vacío. También hay que entender la geopolítica«, aseguró, en referencia a su coincidencia ideológica con el presidente estadounidense Donald Trump.

El mandatario ilustró sus reservas hacia el libre comercio irrestricto con un ejemplo contundente: «Podría abrir el comercio y ser verdaderamente radical, al estilo de Adam Smith. Pero, ¿te daría igual quién se quedara al mando de toda la producción mundial de uranio? ¿Estarías tranquilo si toda la producción de uranio estuviera en manos de Corea del Norte o Irán? Por lo tanto, los modelos comerciales de los economistas no solo son muy rudimentarios en cuanto a la incorporación de preferencias, sino que tampoco tienen en cuenta el riesgo, la intertemporalidad ni la geopolítica».

A su juicio, el mundo se encamina hacia una reorganización por bloques de poder: «Lo que veo es un mundo que seguirá agrupándose en segmentos regionales. Estados Unidos tendrá el liderazgo en la región de América, China liderará Asia y Rusia seguirá su propio camino. Pero la situación en Europa, en vista de la contaminación intelectual del wokismo, es bastante compleja«.

Milei también defendió su fuerte alineamiento con Israel, país al que considera un ejemplo en términos culturales y morales. «Nuestro estándar de acción en política pública está basado en la moralidad y en la ética judeocristiana», explicó.

En ese marco, valoró la resistencia histórica del pueblo israelí y lanzó una advertencia sobre el destino de Occidente: «La historia demuestra que Israel ha soportado todo tipo de aberraciones porque combina la vida material con la vida espiritual. Por lo tanto, no podrán destruir Israel. Pero para aquellos que no tienen una base espiritual, la agenda posmarxista contaminará todos los sectores de la sociedad, lo que finalmente conducirá a la desaparición de Europa tal y como la conocemos».

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