Salvador Illa pasará esta noche en la ciudad china de Wuhu sin su maleta. El tifón Co-may, el octavo de esta temporada en China, ha tocado tierra este miércoles en la costa este del país asiático y las previsiones apuntan que se seguirá moviendo ya degradado a tormenta tropical. Las alertas por la lluvia y el vendaval, mezcladas con la posibilidad de que haya un tsunami, han obligado a fijar restricciones en los desplazamientos, e Illa y su comitiva, que se encuentran de viaje en el país, han tenido que modificar sus planes.
La tarde del martes, su equipo recibió el aviso de que su tren a Shanghái, que debía partir a la ciudad a las 20.32 horas, quedaba cancelado. Tras varias gestiones, se logró reubicar a los pasajeros en otro tren para este mismo miércoles, pero unas horas antes, para tratar de sortear el tifón.
Cuando el president ha abandonado el hotel de Hefei a primera hora de la mañana para desayunar con el CEO de Seat-Cupra, Markus Haupt, y visitar después las instalaciones del Grupo Volskwagen, ha dejado su equipaje -en el que no faltan sus zapatillas de deporte- para que fuera transferido directamente a Shanghái.
A lo largo de la mañana, han ido empeorando las condiciones meteorológicas, provocando una nueva ola de cancelaciones. Ante la falta de trenes, el gabinete ha estudiado la posibilidad de ir en coche -lo que calculaban en unas cuatro horas y media de ruta-, pero finalmente han accedido a que pase la noche en la ciudad de Wuhu, a la que se ha trasladado para sellar una nueva inversión de la automovilística Chery en Catalunya y para visitar la empresa catalana AMES Group. Pero lo que su entorno no ha logrado es que las maletas fueran enviadas a una esta nueva ubicación, porque ya estaban en Shanghái y ha sido imposible alterar la ruta y recorrer los 350 kilómetros que separan las dos ciudades.
El CEO de Seat y Cupra, Markus Haupt, junto al president Salvador Illa, en la planta de Wolkswagen en Hefei (China). / Mariona Puig / Albert Segura / ACN
La comitiva del president se encuentra en la misma situación, así que ya se ha orquestado el despliegue para tratar de proveer a Illa de prendas de recambio. Su religiosa salida a las calles chinas entre las cinco y las seis de la mañana, para correr unos 10 kilómetros al día y no bajar el ritmo que se marca en Catalunya, previsiblemente también se cancelará por falta de equipo. Reposará él, pero también los escoltas que le acompañan en su rutina matutina.
El puerto de Shanghái
El gabinete de Illa sigue reorientando la logística pendiente de los avisos de las autoridades chinas y tratando de minimizar el impacto en la agenda. Pero el traslado en tren, de unas dos horas, Illa deberá realizarlo a primera hora, y es difícil que logre cumplir con todas sus obligaciones.
Sea como sea, desde la Generalitat aseguran que, si no puede desplazarse hasta el puerto de Shanghái, porque se ha desaconsejado ante el riesgo que implica acercarse en exceso al mar, se reunirán con las autoridades del puerto en sus oficinas, en una cita en la que también participará el presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell.
En esta ciudad también tiene hora con la aerolínea China Eastern, el fabricante de materiales para baterías ICL-Dynanonics, y la firma catalana instalada en el país, Ficosa. Esta es la última parada de su viaje oficial, por lo que también ofrecerá una conferencia económica ante empresarios chinos y hará el balance de su primer año de mandato.
Si el tifón (o el tsunami) no lo impide, este jueves recuperará su maleta y el viernes por la noche volará junto a ella hacia Barcelona.
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