Quién era la dueña de la casa de Tucumán el 9 de julio de 1816?

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Este miércoles se celebra un nuevo aniversario de la independencia de la Argentina. La Casa Histórica de Tucumán vuelve a levantarse como emblema nacional, recordando aquel 9 de julio de 1816, cuando se proclamó la emancipación de las Provincias Unidas del Río de la Plata en Tucumán.

Aunque ese día su fachada y salones aún conservaban rasgos de la vivienda señorial construida en 1760, pocos saben que esa propiedad pertenecía a una mujer: Francisca Bazán de Laguna.

Francisca Bazán, nacida en 1744, descendía del conquistador español Juan Gregorio Bazán y de Juan Ramírez de Velazco. En 1762 contrajo matrimonio con Miguel de Laguna, aportando como dote la residencia señorial erigida dos años antes. Viuda desde 1806, Francisca se volcó al cuidado de su patrimonio y de su extensa familia en San Miguel de Tucumán.

Francisca Bazán de Lagunabilliken.lat

La casa, concebida como residencia de la élite local, contaba con múltiples habitaciones comunicadas por patios centrales y se adornaba únicamente con columnas salomónicas -características del estilo barroco- en la puerta principal. Para 1816, la edificación mantenía ese diseño sobrio, aunque ya mostraba señales de desgaste tras medio siglo de uso.

Al momento de la Declaración de la Independencia, Francisca tenía 72 años. Habitual defensora de la causa revolucionaria, su hijo Nicolás Valerio Laguna Bazán participó activamente en el Cabildo Abierto de mayo de 1810, fue diputado en la Asamblea del Año XIII y gobernador de Tucumán en tres ocasiones, la dueña prestó su casa para los congresales. Un lugar lejos de Buenos Aires y de las provincias federales que seguían a José Artigas, pero cercano a territorios aliados.

El Salón de la Jura permanece originalsofia Lopez Mañan

Tras febrero de 1817, la Casa de Francisca fue cedida al ejército para imprenta, luego al Servicio de Telégrafos y al Juzgado Federal. En septiembre de 1812, tras la Batalla de Tucumán, se la alquiló a Juan Venancio Laguna, hijo de Francisca, para alojamiento militar y almacén de guerra; la familia debió mudarse a un terreno lindero. En 1869, el fotógrafo Ángel Paganelli retrató el deterioro del edificio, impulsando su restauración.

El frente de la casa a fines del siglo XIXsofia Lopez Mañan
Junto al Salón de la Jura, Amalia y Gertrudis Zavalía, las bisnietas de Francisca Bazán de Lagunasofia Lopez Mañan
Fachada del templete que cubría y exponía el Salón de la JuraSofía López Mañán

Su color característico

Aunque hoy luce azul y blanco, replicando su aspecto colonial, con paredes en cal blanca y marcos en azul de Prusia, por décadas se la vio pintada de amarillo y verde, tal como la inmortalizó Genaro Pérez en 1895. El cambio definitivo se impuso tras nuevos estudios de documentos coloniales que describían sus tonos originales.

Pintura de la casa por BuschiazzoSofía López Mañán

Hoy, la Casa Histórica de Tucumán funciona como museo y centro de festejos del 9 de julio. Cada año, miles de visitantes recorren el Salón del Acta y los patios que pertenecieron a Francisca Bazán de Laguna, reconociendo en esa propiedad no solo el lugar donde nació la Nación, sino también la huella de la mujer que, sin imaginarlo, abrió las puertas de su hogar para que los congresales forjaran nuestro camino independentista.

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