El ex primer ministro italiano Matteo Renzi defiende el gran potencial de la región del Mediterráneo y llama a reforzar la cooperación entre Italia y España frente a los desafíos comunes a pesar de las diferencias entre los presidentes de ambos gobiernos. «Seamos honestos, estoy del lado de la presidenta de Italia, Georgia Meloni, pero no considero que esté haciendo un buen trabajo. El problema de las relaciones entre Italia y España es que Meloni no tiene una buena relación con Pedro Sánchez, presidente español, que es un político socialdemócrata, y ella es una política de extrema derecha que prefiere a Abascal…a pesar de todo, hay que reforzar la cooperación entre España e Italia pese a las tensiones. Es vital para impulsar nuestras naciones«, ha asegurado Renzi en el marco de un diálogo que ha compartido con Martí Saballs, director de Información Económica de Prensa Ibérica, durante este martes durante la primera jornada del II Foro del Mediterráneo que se celebra en Málaga, el evento de referencia organizado por Prensa Ibérica con el impulso de la Fundación «la Caixa».
A lo largo de la conversación, Renzi ha ofrecido una visión crítica, pero esperanzada por el presente y el futuro de Europa. «Hace diez años nos veían como el problema de Europa. Hoy estoy convencido de que el Mediterráneo será la solución«, ha afirmado, reivindicando una mayor participación de países como España e Italia en el liderazgo de la UE. «Necesitamos más España y más Italia en Europa», ha remarcado.
El ex primer ministro de Italia también ha recordado durante su intervención el papel emergente del sur del continente y la necesidad de renovar los modelos de liderazgo y cooperación de la UE. «Ahora tenemos líderes muy diferentes a los que estaban cuando yo fui primer ministro hace diez años, en la época de Angela Merkel. Diferentes no quiere decir mejores», ha explicado. El actual senador de la República de Italia ha señalado que el triunfo de Georgia Meloni en Italia es fruto de la mala situación económica. «Nuestra economía lleva años creciendo muy poco y tenemos que cambiar las cosas en nuestro país», ha expuesto Renzi.
Otra de las píldoras que el político ha remarcado durante su intervención es el riesgo que corre Europa se «convierta en un museo» y ha llamado de forma enérgica que el Viejo Continente «se transforme en un hub de innovación» . «La Unión Europea debe ser un laboratorio de innovación, creatividad y liderazgo», afirmó el político, instando a una transformación profunda de las instituciones comunitarias.
Renzi también ha criticado duramente el funcionamiento institucional de la Unión Europea, a la que acusó de estar «en manos de tecnócratas más que de políticos» y «paralizada por el poder de veto». El político ha denunciado la «estupidez» de las reglas que permiten a un solo país bloquear avances clave en un club de 27 Estados. «No hay un pacto de estabilidad, hay un pacto de estupidez», ha sentenciado de forma irónica.
Estados Unidos de Europa
En contraposición, el exmandatario abogó por un proyecto ambicioso: la creación de unos «Estados Unidos de Europa», donde se supere la lógica de la unanimidad y se avance hacia una verdadera soberanía europea, especialmente en ámbitos estratégicos como la energía o la inteligencia artificial. «Sin energía no hay economía, no hay futuro, no hay inteligencia artificial ni centros de datos», ha advertido.
El exlíder del Partido Democrático de Italia ha lamentado que los dirigentes europeos hayan pasado de liderar a seguir las tendencias de las redes sociales: «Tenemos líderes que se levantan por la mañana y se preguntan qué es tendencia en las redes sociales. Eso no es liderazgo, es seguidismo».
El político italiano ha alertado del peligro del populismo y lo ha definido como «estupidez natural», en contraposición a la inteligencia artificial. «Mientras todo el mundo habla de IA, en política sufrimos la estupidez natural», ha bromeado. Renzi ha lanzado una propuesta para retener el talento joven a Europa y evitar la fuga de cerebros hacia Silicon Valley o Nueva York. Renzi ha llamado a «detener las reglas estúpidas» y acabar con la burocracia que penaliza a las empresas y bloquea la inversión privada, condición necesaria, para poder sostener unos servicios públicos fuertes y competitivos.