«No Tocar – Corriente», la advertencia en un improvisado cartel sobre la puerta, de inocente apariencia, era el aviso de que la reja de metal había sido electrificada con un cable conectado a los 220 volts de la energía doméstica del hogar.
El episodio ocurrió en la casa 24, del Lote 5, de la Manzana 3 del barrio La Victoria, en Río Ceballos. Allí una mujer de 46 años decidió enfrentar el inminente desalojo, atrincherándose en la vivienda con 6 personas más.
No contenta con el riesgo que suponía la electricidad, la puerta fue además rociada con un líquido inflamable.
Lo cierto es que ante la grave situación y el riesgo que suponían las medidas adoptadas, fue convocado personal policial. Trabajaron en el lugar personal del ETER, Bomberos y DUAR.
La intervención de efectivos policiales, desactivó el peligro
Foto: Policía de la Provincia
Finalmente, tras una serie de negociaciones, los moradores de la vivienda desistieron de la actitud, desmontándose el cable.
El parte policial, lamentablemente, no consigna si se materializó el desalojo que estaba en curso. Al fin y al cabo, ese fue el origen de la desesperación de la atribulada mujer, por una situación que tiene un preocupante crecimiento en todo el país.
Para establecer una noción cuantitativa, baste decir que en lo que va del año, solo en la Ciudad de Córdoba, el Municipio ha intervenido en más de 600 desalojos, muchos de los cuales tuvieron como resultado una familia que pasó a situación de calles.