Primeras palabras sobre la dura pérdida de Finito de Córdoba: «Ahora serás su ángel de la guarda»

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La vida del torero Juan Serrano, más conocido como Finito de Córdoba, atraviesa uno de sus momentos más duros tras la pérdida de su padre, Melitón Serrano Palacios, quien ha fallecido a los 86 años tras una larga enfermedad. La noticia ha conmocionado tanto al entorno del diestro como al mundo del toreo, que reconoce en Melitón a una figura silenciosa pero fundamental en los inicios de la carrera de su hijo.

Por el momento el torero ha optado por guardar silencio, refugiado en la intimidad familiar. Sin embargo han sido las palabras de su hija Lucía Serrano las que han dado voz al dolor de toda la familia.

A través de sus redes sociales Lucía (hija de Finito de Córdoba y Arantxa del Sol) ha compartido un emotivo mensaje que ha calado entre quienes conocieron al patriarca del clan Serrano:“Probablemente, mi yayo fue la primera persona que me subió a un caballo”, recordando la complicidad que mantenía con su abuelo y la pasión compartida por el mundo ecuestre. En su carta lo describe como “un hombre de los que dejan huella, de los que marcan y calan hondo”, una figura dura y entrañable a la vez, cuya presencia fue clave tanto en su vida como en la trayectoria del torero cordobés.

Melitón no solo fue un padre presente, sino también un apoyo esencial en la carrera de su hijo Juan. Fue él quien lo llevó por primera vez a los toros en La Monumental de Barcelona y quien años después organizó una feria taurina en Barberá del Vallés donde Finito se presentó por primera vez ante el público. Más adelante ambos regresarían a su tierra (La Carlota) para consolidar la carrera del joven torero bajo el apadrinamiento de Baldomero Sánchez de Puerta.

Lucía Serrano no solo ha rememorado esos primeros recuerdos, sino también los pequeños detalles que forman el alma de cualquier despedida. En su mensaje hace referencia a los momentos cotidianos con su abuelo: “Siempre te recordaré con tu canoa loca, tu gorra de campo, tus motes imposibles… y, por supuesto, con esa calvita que tanto me gustaba pintar”.

Además, la joven quiso destacar la admiración que Melitón sentía por su hijo torero: “También te recordaré viendo a papá en los tendidos y en los tentaderos, celebrando cada uno de sus logros con esa emoción tan tuya”.

En su homenaje Lucía concluye con una promesa y una despedida cargada de sentimiento: “Te prometo que seguiré montando a caballo, y que algún día, allá donde estés, nos verás galopar a Ángela y a mí con los potrillos que nos has regalado”.

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