Según se ha publicado recientemente la boda entre Ana Soria y Enrique Ponce sigue en pie, pese a que los rumores de distanciamiento han sido constantes en los últimos meses. Aunque la pareja ha optado por una mayor discreción en su vida privada, especialmente después del aluvión mediático que acompañó su historia desde el principio, parece que su relación sigue adelante, incluso en un momento tan delicado como el actual.
Después de más de dos décadas de matrimonio con Paloma Cuevas, madre de sus dos hijas, el torero inició una nueva etapa junto a la joven almeriense. Una relación que ha atravesado episodios intensos: la exposición mediática, las críticas, la presión del entorno… y también decisiones importantes a nivel personal. Una de ellas, sin duda, ha sido la manera en la que Ana ha influido en algunos aspectos de la vida de Ponce, incluida su emblemática finca en Jaén, conocida como Cetrina.
Ubicada en el término municipal de Navas de San Juan (Jaén), esta finca no es solo un hogar. Es un símbolo del legado personal y profesional de Enrique Ponce. Se trata de un extenso terreno de unas 900 hectáreas (con más de 1.200 metros cuadrados construidos) que incluye una casa principal, piscina, jardines perfectamente cuidados, varios pabellones de entrenamiento y hasta una plaza de toros privada.
Pero lo más llamativo es que desde 2022 la finca se alquila para eventos, como bodas o celebraciones corporativas, por un precio aproximado de 5.000 euros por día. Sí no es apta para cualquier bolsillo, pero quienes han podido celebrar allí un enlace aseguran que es una experiencia única. Las opiniones de los novios son más que elogiosas: destacan tanto la belleza de los espacios (desde el salón elegante hasta la capilla y los patios) como el compromiso del equipo que lo gestiona.
Aunque Ana Soria no ha sido especialmente aficionada al campo, sí ha compartido algunas imágenes relacionadas con el mundo ecuestre, una pasión que también une a Enrique y a su hija menor, Bianca. A pesar de todo parece que el estilo de vida que ofrece Cetrina no termina de encajar del todo con el de Ana, lo que habría llevado a Ponce a considerar vender la finca en algún momento.
De momento sin embargo Cetrina sigue activa como espacio de eventos, y no son pocos los fines de semana en los que se ve movimiento. Aunque la discreción solía ser una norma durante su etapa con Paloma Cuevas (cuando era habitual que nadie supiera quién pasaba por la finca), ahora es más común que se vea gente joven en el pueblo o que se organicen barbacoas y reuniones informales.
Un rincón con historia
La finca ha sido testigo de momentos muy importantes: desde la infancia de sus hijas hasta celebraciones como la reciente boda de Baltasar Garzón y Dolores Delgado, que escogieron precisamente este entorno para celebrar su unión. No es de extrañar: la finca tiene de todo. Desde una réplica de la puerta de la Maestranza de Sevilla en su acceso principal, hasta caballos de pura raza española que galopan en libertad, sin ser domados, en prados que parecen salidos de una postal.