En 2018, durante su visita oficial a Chile, el papa Francisco protagonizó un momento que pasaría a la historia: ofició una boda a bordo de un avión comercial rumbo a Iquique.
El hecho ocurrió un jueves, cuando el pontífice se dirigía hacia el norte del país para celebrar su última misa en suelo chileno, la cual se llevó a cabo en el “campus Lobito”.
Para llegar a la región de Tarapacá, se trasladó desde Santiago en un vuelo de la aerolínea Latam, un trayecto que terminó siendo escenario de un acontecimiento singular.
Durante el vuelo, Francisco unió en matrimonio a dos miembros de la tripulación: Paula Podest Ruiz y Carlos Ciuffardi Elorriaga.
En ese momento, ambos trabajaban en el servicio a bordo, aunque actualmente Carlos se dedica al rubro inmobiliario. Fue él quien, en medio del viaje, se acercó al líder de la Iglesia Católica para contarle su historia y pedirle la bendición.
La pareja llevaba una década junta y estaba legalmente casada, pero no por la Iglesia. Según relató Carlos en una entrevista con Chilevisión varios años después, la ceremonia religiosa que tenían planeada había sido cancelada a causa del terremoto del 27 de febrero de 2010.
Al escuchar su relato, el papa se mostró conmovido y respondió de forma espontánea: “¿Quieren casarse ahora? Soy el Papa, yo los puedo casar ahora mismo”, recordaría Carlos años después. Francisco expresó que, si el Espíritu Santo los había puesto frente a él en ese momento, debía ayudar a completar su unión espiritual.
Así comenzó una breve pero emotiva ceremonia a bordo, donde el pontífice les tomó las manos y les preguntó si realmente se amaban. Al recibir una respuesta afirmativa, procedió a casarlos.
Los testigos del acto fueron Ignacio Cueto, quien entonces era directivo de Latam, y monseñor Mauricio Rueda, hoy arzobispo.
Este gesto espontáneo y profundamente simbólico dejó una huella imborrable tanto en la vida de los novios como en la historia reciente del papado.