Unicredit avanza en la fusión con BPM con condiciones: que salga de Rusia y más compromiso local

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La fusión entre UniCredit y Banco BPM, dos pesos pesados del sector bancario italiano, avanza pero no sin condiciones. El gobierno de Italia ha dado el visto bueno preliminar a la operación, aunque ha puesto sobre la mesa una serie de exigencias clave: una de ellas, que UniCredit acelere su salida de Rusia “lo antes posible”.

Para hacerlo el Ejecutivo de Giorgia Meloni ha activado sus “poderes dorados” —una herramienta que permite vetar o condicionar operaciones corporativas en sectores estratégicos como el financiero— con el fin de moldear una operación que podría redibujar el mapa bancario del país. Según han publicado medios italianos como Il Messaggero y La Repubblica, el Consejo de Ministros podría aprobar formalmente esta misma semana la oferta de adquisición, siempre que se cumplan ciertas prescripciones.

Salida de Rusia

La presión para que UniCredit reduzca su presencia en Rusia no es nueva. El Banco Central Europeo ya había urgido a la entidad a acelerar su retirada tras el estallido de la guerra en Ucrania. El consejero delegado del banco, Andrea Orcel, se ha mostrado reticente a deshacerse de los activos rusos a precio de saldo, aunque ha empezado a reducir su exposición en ese mercado. Aún así, el dossier ruso sigue siendo uno de los principales focos de fricción.

A las exigencias geopolíticas se suman otras de carácter económico y social. El gobierno italiano quiere garantías sobre el mantenimiento de las operaciones de financiación de proyectos, una relación equilibrada entre préstamos y depósitos, y la preservación de servicios bancarios en todo el territorio —lo que apunta, de forma indirecta, a la protección del empleo en sucursales.

La oferta de UniCredit, que asciende a 14.000 millones de euros en acciones, podría lanzarse formalmente el 28 de abril. Orcel ha dejado claro que se trata de una jugada estratégica con la que espera consolidar al banco como el segundo mayor actor del mercado italiano, reforzar su presencia en el país y ganar músculo en el segmento minorista y corporativo.

En una carta dirigida a los empleados, el directivo defendió la operación como “una oportunidad para acelerar el crecimiento y generar valor para todos los grupos de interés”. Además, dejó la puerta abierta a nuevas operaciones de consolidación en Europa, aunque subrayó que cualquier integración deberá ser “coherente con la estrategia del grupo, sus métricas financieras y la capacidad de ejecutarla sin distracciones”.

Sin embargo, la operación no está cerrada. UniCredit aún se reserva el derecho a retirarse si las condiciones dejan de ser favorables. El reciente movimiento de Banco BPM para comprar la gestora Anima Holding a un precio más alto del esperado podría ser un factor desestabilizador. De hecho, fuentes financieras no descartan que Orcel, que ya se ha echado atrás en otras ocasiones, vuelva a hacerlo si el terreno se complica.

Mientras tanto, la Comisión Europea observa con atención el uso que Italia hace de sus “poderes dorados” en fusiones bancarias, un campo que podría tensionar la relación entre Roma y Bruselas.

En paralelo, UniCredit mantiene posiciones estratégicas en otras entidades europeas, como la aseguradora Generali y el banco alemán Commerzbank, donde es uno de los principales accionistas. Aunque insiste en que se trata de inversiones financieras, el propio Orcel ha insinuado su interés por una posible integración futura, especialmente en el caso de la entidad germana.

Por ahora, todas las miradas están puestas en la operación con Banco BPM. Si todo sale según lo previsto, UniCredit reforzará su posición en casa y consolidará su ambición de ser un “campeón bancario europeo”. Pero el margen de maniobra sigue siendo estrecho y el tablero político, económico y regulatorio, más complejo que nunca.

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