La existencia del calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni) fue por muchos años un misterio para la ciencia; sin embargo, se conoció sobre su existencia gracias restos encontrados en los estómagos de los cachalotes (Physeter macrocephalus) y también en algunas redes de pesca.
Esta misticidad cambió hace poco, cuando fue posible grabar a esta especie viva en su entorno natural. Se encontraba a más de 600 metros de profundidad en las islas Sandwich del Sur, también conocidas como Islas Esquivel, en el océano Atlántico Sur.
El vehículo, operado remotamente, SuBastian del Schmidt Ocean Institute, muestra a un ejemplar juvenil de unos 30 centímetros. “Sinceramente, se trata de una de las observaciones más emocionantes que hemos realizado en todo el tiempo que llevo trabajando con cefalópodos de aguas profundas”, afirma Kat Bolstad, experta en calamares de la Universidad Tecnológica de Auckland, en una entrevista realizada por Business Insider.
El Mesonychoteuthis hamiltoni fue descubierto por primera vez en 1925, por el biólogo marino James Erik Hamilton, quien, según National Geographic, halló dos grandes coronas branquiales en el estómago de un cachalote.
Se confirmó que este animal alcanza una masa de al menos 495 kilogramos, aunque los ejemplares más grandes (conocidos únicamente por picos encontrados en los estómagos de cachalotes) podrían pesar entre 600 y 700 kilogramos, lo que lo convierte en el invertebrado más grande que existe en la actualidad.
Kat Bolstad y Aaron Evans, investigador independiente especializado en la familia de los calamares de cristal, señalaron que una de las características más distintivas del calamar colosal es la presencia de ganchos en la parte media de sus ocho brazos, lo que ayuda a diferenciarlos de otra especie: el G. glacialis.
“Es increíble que podamos aprovechar el poder de la comunidad taxonómica a través de la telepresencia del R/V Falkor (too) mientras estamos en el mar”, dijo la científica principal de la expedición, Michelle Taylor, de la Universidad de Essex, quien lideró al equipo del Censo Oceánico de The Nippon Foundation-Nekton en la expedición a las Islas Sandwich del Sur.
“La red científica internacional del Censo Oceánico se enorgullece de trabajar junto con el Schmidt Ocean Institute para acelerar el descubrimiento de especies y ampliar nuestro conocimiento sobre la vida marina, en vivo y en línea con la comunidad científica mundial”, señaló.
Además de esta especie, en una expedición previa que se había realizado en enero, los científicos lograron capturar la primera grabación de Galiteuthis glacialis, un calamar que también ha sido misterioso para la ciencia.
Fue documentado en el mar de Bellingshausen, cerca de la Antártida, durante la expedición de enero del Schmidt Ocean Institute, que examinó el fondo marino tras el desprendimiento de un iceberg del tamaño de Chicago de la plataforma de hielo George VI.
En las imágenes, tomadas a 687 metros de profundidad, el transparente G. glacialis posiciona sus brazos de forma suelta sobre la cabeza, en una pose similar a la de una cacatúa, comúnmente observada en otros calamares de cristal. G. glacialis es una especie de calamar de cristal que, hasta este momento, nunca se había visto viva en su entorno natural.
De acuerdo con los científicos, estos hallazgos marcan un avance en el estudio de los calamares vidriosos, especies que viven en lo más profundo del océano.