Pulseada en Vaca Muerta: petroleras sufren fuertes sobrecostos y presionan a proveedores

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Las grandes petroleras titulares de las áreas para exploración y producción de la principal formación no convencional de la Argentina encararon un proceso de negociación con las no menos gigantes empresas de servicios especiales por los costos de sus operaciones en Vaca Muerta, consideradas superiores a similares prestaciones en otras cuencas de los Estados Unidos.

La pulseada recién lanzada se explica en los cálculos que las petroleras realizan sobre lo que consideran son un sobrecosto de sus operaciones en el terreno en torno al 35% respecto de lo que cuesta realizar y poner en producción un pozo en la Cuenca Neuquina y uno idéntico, grafican, en la Cuenca del Permian, la cuna global del shale.

La queja apunta a un eslabón clave de la producción de hidrocarburos como lo son las denominadas empresas de servicios especiales, que abarca a una treintena de compañías nacionales e internacionales que se encargan de tareas críticas como perforación, producción, explotación, ingeniería, construcción, mantenimiento, seguridad, medio ambiente, procesamiento de datos sísmicos, cementado de pozos, entre otras.

El tema fue motivo de comentario de varios ejecutivos de petroleras globales que se encontraron días atrás en el CeraWeek de Houston, y fuentes de una de las mayores empresas productoras de crudo locales explicaron que se abrió una discusión con las prestadoras de servicios para que «se pongan a tono con una nueva realidad macroeconómica del país, distinta de hace dos años».

La expectativa es que esas empresas internacionales, casi las mismas que se encargan de la construcción y operación de los pozos en Estados Unidos, se acerquen a equiparar los costos de ambos mercados, lo que repercutirá en una mayor competitividad del shale argentino en momentos en que cada dólar cuenta con una tendencia del precio del barril a la baja.

«Ahora ellos tienen la palabra, explicó un alto ejecutivo nacional», quien citó los dichos en público del presidente y CEO de YPF, Horacio Marin, al advertir que «los costos de las compañías de servicios en Vaca Muerta están totalmente fuera de rango«, por lo que aclaró que el problema no son los salarios ni la actitud de los sindicatos.

Con los sindicatos se buscará avanzar en temas de productividad, incorporando el concepto de multitareas, la formación en esquemas de trabajo más eficientes que permitan ganar en seguridad y reducir tiempos muertos que a la larga se transforman en menores costos por pozo, pero lo que aseguró Marin es que «el salario (petrolero) de la Argentina no es mayor que en Estados Unidos».

Vaca Muerta y los costos de servicios, herramientas y equipos 

En similar sentido, se había expresado el secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, al reconocer los problemas que las petroleras perciben en Vaca Muerta. Si bien la competitividad del shale oil se encuentra por características geológicas a la par o por encima de los desarrollos del no convencional del Permian, hay costos locales generados incluso por servicios de empresas extranjeras que encarecen las operaciones, dijo.

El problema que se advierte en el análisis que hace la industria es que los costos unitarios que existen en herramientas de las compañías de servicios de alta tecnología y el costo materiales es muy por encima de lo que hay en los Estados Unidos, con casos puntuales identificados hasta un 50% superiores a los que se validan en estas latitudes.

Como principal compañía que opera el no convencional, Marin reconoció la decisión de «patear el tablero» y reclamarle a las compañías de servicios que «tienen que ponerse a la altura de las circunstancias», algo vital para las expectativas de las operadoras que tienen a la vista la posibilidad de duplicar la actividad en la Argentina.

Es que en el sector público y privado hay consenso en que Vaca Muerta puede llegar hacia finales de la década más de 1,2 millones de barriles de petróleo al día y unos 200 millones de metros cúbicos de gas, de la mano de los millonarios proyectos de infraestructura de exportación encabezados por el Oleoducto Vaca Muerta Sur y de producción de Gas Natural Licuado.

«Las exportaciones van a ser gigantes y no tienen por qué cobrarnos por una Argentina anterior, donde estaba todo cerrado, no se podía tener herramientas, había que atarla con alambre cuando hacíamos nosotros mantenimiento. Entonces se tienen que poner todos a la altura de la circunstancia y cobrar lo que se merece y lo que es justo», argumentó Marin.

Las fuentes al tanto de estas discusiones explicaron que «no se habla de regulación de precios, mucho menos en momentos en que las operadoras sostienen el reclamo histórico de mayor apertura, sino de poder contar con servicios a valores que permitan producir los pozos a los costos que corresponden, no los que existen hoy».

Tal es la decisión de llevar adelante la búsqueda de menores costos que incluso se menciona la idea de generar competencia en el segmento de servicios -actualmente atomizado en un puñado de empresas internacionales que en algunos se equiparan con las mismas petroleras-, ya que el principal competidor que tiene por delante el desarrollo de Vaca Muerta, en particular en el GNL, son los productores de los Estados Unidos.

La mirada de las empresas de servicios especiales

La construcción y operación de pozos está a cargo de compañías que prestan sus servicios a todas las operadoras del ecosistema hidrocarburífero, y abarca gigantes globales como Schlumberger, Baker Hughes, Halliburton, Weatherford, Calfrac, u otras de origen local como Pecom, San Antonio o Tenaris, nucleadas en la rebautizada la Cámara de Servicios Petroleros, la ex CEOPE.

Fuentes de ese sector explicaron que el desafío para sus empresas será poder acompañar los proyectos de los aumentos de producción de las operadoras y para dar un ejemplo, en el caso de Servicios Especiales y Torre, será necesario «una mayor oferta de equipos que hoy no están disponibles en el país, en la escala y la tecnología necesaria para continuar las mejoras en productividad y eficiencia».

Se plantea que esas empresas necesitan «capital adicional a un costo competitivo para aumentar dicha oferta, siempre que las condiciones para atraer dicho capital al país también lo sean». Esto se debe a que las empresas internacionales, que son mayoritarias en la oferta actual de servicios de perforación y de fractura, compiten por dicho capital con otras geografías del mundo.

En cuanto al acceso de bienes de capital necesarios para afrontar esta nueva coyuntura se está trabajando junto a la Secretaria de Energía en lograr una extensión de las posiciones arancelarias que permitan importar esos bienes bajo el régimen del Decreto 927/2013, sean nuevos o usados, con un trato fiscal diferencial a fin de facilitar nuevos proyectos de inversión.

El mismo vocero de esas empresas lamentó que «las dificultades de poder adquirir esos equipos nuevos por sus extensos tiempos de producción como sus costos excesivos no asegura el cumplimiento de las exigencias de las operadoras ante el actual panorama de crecimiento».

También se anticipa para este 2025 que las empresas de servicios pondrán en el centro de la escena cuestiones como la competitividad, productividad, seguridad en el trabajo, aspectos ambientales, formación profesional, entre otras, para lo cual «será necesario propiciar una nueva discusión convencional«.

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