Sumar cierra filas y avanza que habrá unidad de voto en el Congreso, donde esta semana se votan dos mociones presentadas por PP y BNG sobre el aumento del gasto militar. Estas iniciativas obligarán al socio minoritario del Gobierno a fijar posición sobre un asunto extremadamente incómodo y que ha tensado al máximo las costuras dentro de la coalición de izquierdas, donde han quedado patentes las diferencias entre partidos como IU o Compromís, los más beligerantes con el incremento del gasto en Defensa, y la propia Yolanda Díaz, que ha evitado oponerse abiertamente a este compromiso adquirido por Pedro Sánchez.
Lara Hernández, la secretaria de Organización de Movimiento Sumar, el partido fundado por Díaz, ha descartado que esta semana se produzca una ruptura de voto entre las distintas fuerzas que componen el grupo parlamentario Sumar, aunque ha avanzado que la posición definitiva se debatirá y fijará en la dirección del grupo este mismo lunes por la tarde. «Lo descarto totalmente», señaló la dirigente en rueda de prensa tras la ejecutiva este lunes, donde sí admitió que «en nuestro espacio hay una diversidad de fuerzas y valores» que sin embargo no es incompatible con el «consenso unánime» que, destacó, existe en un punto: «El gasto en defensa bajo ninguna circunstancia supone recortes o limitaciones en el ámbito social». «Esta es una unanimidad que se verá en el ámbito parlamentario», aseguró Hernández.
La posición de Sumar es extremadamente difícil; mientras Yolanda Díaz se alinea con el presidente de Gobierno y avala un incremento del gasto siempre y cuando no se destine a armas, en Izquierda Unida, que se integra en el mismo grupo parlamentario, ha mostrado abiertamente su oposición al incremento y ha pedido abandonar la OTAN, la organización que exige esta subida. En esta misma tónica están los dos diputados de Compromís o el de Chunta Aragonesista, que se muestran reacios a aceptar el aumento comprometido por el Gobierno.
Además de la presión interna por fijar una posición común, se añade la presión externa de Podemos, que azuza desde la izquierda a Sumar y a Yolanda Díaz, a quien este mismo lunes incluyó como parte de la «gran coalición de la guerra» conformada por PP y PSOE, en palabras del secretario de Organización morado, Pablo Fernández.
Ante todas estas dificultades, Movimiento Sumar insiste en descartar una ruptura de voto, en una tesis que refleja una voluntad, pero que está por ver si podrá materializarse. El reto esta semana será concretar esta semana una posición común respecto a dos iniciativas parlamentarias diferentes y que además van en sentido completamente opuesto.
La primera de las iniciativas que se debatirá en el Congreso será la proposición no de ley del PP, que reclama reafirmar el apoyo a Ucrania y pide «cumplir con los compromisos adquiridos por España con la Alianza Atlántica relativos a la inversión en Defensa a la mayor brevedad posible», pero también obligar al Gobierno a aprobarse en el Congreso «cualquier decisión» relativa a la guerra de Ucrania o los compromisos con la OTAN.
Los nacionalistas gallegos del BNG también llevan a debate una moción que va en sentido radicalmente distinto por la que insta al Gobierno a «a renunciar el cualquier incremento del gasto militar, que redundaría en reducción de los recursos disponibles para políticas sociales o inversiones públicas necesarias”. Una tesis contraria al compromiso que Pedro Sánchez trasladó a Yolanda Díaz de que no se vería afectada la inversión en gasto social.
Este mismo lunes desde Málaga, el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, reafirmó su rechazo al incremento del gasto militar, advirtiendo de que «no es tiempo de escalada bélica ni de mayor gasto militar», aunque en esta ocasión sí quiso hacer una distinción, abriendo la puerta a la inversión en otros aspectos de Defensa, pero limitándolo a las subidas salariales: «El único gasto militar que nosotros aprobamos es aquel que contribuye, por ejemplo, a la mejora de los salarios de los soldados de tropa, que necesitan una mejora salarial y ojalá se produjera pronto porque nos parece que en ese sentido no habría problema», defendió. El dirigente andaluz apuntó a que «ojalá el aumento de gasto en defensa estuviera vinculado a eso y no a la compra de balística, ni a la compra de misiles, ni a la compra de tanques».