Los palestinos que han regresado a sus barrios del norte de Gaza en estas semanas de alto el fuego entre Hamás e Israel intentan rehabilitar poco a poco lo que queda de sus hogares. Muchos suben el proceso a redes sociales como muestra de resistencia ante la adversidad. Se les ve llegando a sus casas y evaluando los daños (una pared reventada, cristales rotos o, lo más habitual, el edificio completamente derribado).
Los más afortunados mantienen las cuatro paredes, o quizá tres, y preparan una estructura con madera y plástico para protegerse del viento y la lluvia de estos días; o construyen con madera y metal una cocina improvisada. Celebran el iftar, la cena con la que se rompe el ayuno del Ramadán que acaba de comenzar, en largas mesas al aire libre instaladas sobre la tierra de la carretera principal, rodeadas de escombros parduzcos.
Mientras, en Washington, Donald Trump eleva el tono de sus amenazas a los gazatíes. «A la población de Gaza: un hermoso futuro les espera, pero no si retienen rehenes. Si lo hacen, ¡están muertos! Tomen una decisión inteligente. ¡Liberen a los rehenes ahora o habrá un infierno que pagarán después!», ha escrito el nuevo presidente estadounidense en su red Truth Social.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha reconocido públicamente que negocia directamente con Hamás en Qatar la liberación de rehenes y las siguientes fases del alto el fuego y, por tanto, del futuro de la Franja. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ordenado reanudar la guerra y ha anunciado que corta la entrada de comida en Gaza hasta la liberación de los rehenes. Netanyahu está en busca y captura internacional por orden de la Corte Penal Internacional por cargos que incluyen el crimen de guerra de “matar de hambre a civiles”.
Plan árabe de reconstrucción
Egipto y el resto de la Liga Árabe han presentado este martes una iniciativa para la reconstrucción de Gaza sin la expulsión de los palestinos, surgida como respuesta al plan de Trump, que sugiere la expulsión de los palestinos del enclave para convertirlo en un complejo turístico.
El llamado “Plan para la recuperación temprana, reconstrucción y desarrollo de Gaza” propone gastar 50.000 millones de euros durante cinco años en distintas fases para reconstruir Gaza, desplazando temporalmente a la población a zonas dentro de la Franja mientras se vuelven a levantar los barrios destruidos por las bombas estadounidenses lanzadas por Israel, informa Europa Press.
“Es relevante en tanto en cuanto rechaza la propuesta de máximos de Donald Trump [expulsar a los palestinos]”, opina Haizam Amirah Fernández, analista especializado en mundo árabe contemporáneo. “Los 22 miembros de la Liga árabe dicen que no les vale el plan Trump: ningún dirigente árabe puede volver a su país diciendo que ese plan tiene posibilidades de éxito. Para Jordania y Egipto, además, la materialización del plan de Trump sería una amenaza existencial”.
España lo ha apoyado. El Ministerio de Exteriores ha subrayado en un comunicado que “traza un camino para estabilizar la situación en Gaza y avanzar hacia la implementación de la solución de los dos Estados, única vía posible para garantizar la paz y la estabilidad en la región”.
Fase de desescombrado y fase de construcción de infraestructuras
En la primera fase de «recuperación temprana», de seis meses, se invertirán más de 2.800 millones de euros para la retirada de escombros y la construcción de 200.000 viviendas temporales para 1,2 millones de personas y la restauración de 60.000 viviendas parcialmente dañadas para 360.000 personas.
Posteriormente comenzaría la primera fase de reconstrucción, con una duración de dos años y unos 19.000 millones de euros de coste, para construir edificios de servicios esenciales y continuar con los programas de protección social y los planes de préstamos para la «autorehabilitación».
La segunda fase de reconstrucción requeriría dos años y medio y 28.300 millones de euros para la construcción de infraestructuras, puertos pesqueros y comerciales y un aeropuerto en Gaza, y la instalación de redes de agua y electricidad.
¿Quién gobernaría la Franja? El plan árabe prevé un “comité de tecnócratas” que gestione la región durante al menos seis meses bajo el amparo de la Autoridad Palestina. Hamás parece dar el visto bueno al plan de reconstrucción, aunque no está claro si aceptaría ceder el poder.
Israel y Estados Unidos lo rechazan
Tanto Israel como Estados Unidos han rechazado esta propuesta. Israel lleva dos décadas manteniendo Gaza como un lugar totalmente sitiado, cerrado al exterior, del que solo se puede salir con su permiso y nada puede entrar sin él. Tras la guerra de 2014, en el que la destrucción de edificios fue solo una pequeña parte de la actual, limitó la entrada de cemento para la reconstrucción y de otros materiales, como excavadoras. ¿Lo permitiría ahora, tras un eventual acuerdo de paz? Y si no, ¿qué va a pasar con Gaza y los gazatíes?
“El escenario más probable es la anexión de Gaza por parte de Israel. Esto es inevitable aunque el liderazgo de Netanyahu no quiere este escenario, para no tener que asumir responsabilidad sobre su población y pagar los costes”, dice en conversación con este diario Mussa’ab Bashir Alazaiza, analista palestino residente en España que hace seguimiento de medios tanto israelíes como palestinos. “Pero la naturaleza de los objetivos designados por el Ejército impone sí o sí una anexión. Se necesita un control total, también de la vida social en Gaza, y eso exige una administración de todos los aspectos de la vida. Por eso Israel trata de expulsar cuantos más palestinos mejor, para que la bolsa de gazatíes en Gaza sea más controlable”.
Es lo que eufemísticamente llaman los líderes israelíes “migración voluntaria”. La destrucción intencionada y total del 70% de las viviendas e infraestructuras de Gaza ha convertido la vida en imposible. Si se abrieran las puertas de Egipto o Jordania, ¿cuántos palestinos se marcharían?
Ninguno de los dos países está por la labor de acogerlos. Supondría un riesgo serio para su subsistencia, coinciden los dos analistas: explotaría la rabia interna de la población ante la humillación de sus gobiernos, y supondría un aumento de gasto y población inasumible. Además, si se produce una limpieza étnica de Gaza y se traslada a la población a Egipto, Israel pasaría de tener una frontera con los palestinos de 41 kilómetros en Gaza a otra más larga y difícil de controlar entre Egipto e Israel, de 266 kilómetros, pronostica Bashir Alazaiza. Por eso Egipto ha mandado dos divisiones de tanques a sus lindes con Rafah y Jordania ha desplegado a su Ejército en la frontera.