Córdoba es una ciudad soñada por Paloma Chamorro

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-Vuelves a Córdoba, una ciudad con la que tienes una relación muy especial.

-No había estado nunca aquí hasta hace pocos años. Me atrae mucho el ambiente alternativo que aún queda en sus calles. Una especie de remanente de la new wave. En Barcelona no queda ya casi nada de esto, y en Córdoba hay locales y gente con ese espíritu de los 80. Me encanta la música del Automático y del Limbo, el ambiente de la taberna Fuenseca, los tipos del Barbaridad… Hay una Córdoba que parece una ciudad soñada por Paloma Chamorro.

-Lo dice alguien que ha estado en muchísimas ciudades de todo el mundo.

-Sí, no paro de viajar para dar conferencias y conocer nuevos lugares. Creo que habré estado en unos 60 países y en unas 300 ciudades, y en mi top 5 está, sin duda, Córdoba.

-Has estado en muchas ciudades y has publicado muchísimos libros, yo he sido incapaz de calcular el número exacto.

-Yo tampoco lo sé (risas). Tengo libros publicados con mi nombre,

libros coescritos, otros con seudónimos, incluso como autor secreto… Estarán en torno al centenar.

-¿Cuántos ejemplares habrás vendido?

-Es imposible saberlo exactamente, pero, por ejemplo, Ikigai (Urano, 2016), que está traducido a 70 idiomas, lleva unos cinco millones vendidos, porque en la India supera el millón de ejemplares y también vendió muchísimo en Turquía y en Holanda. Y hay uno que firmé como Allan Percy, un autor ficticio que no tiene ni web ni redes sociales, que se titula Nietzsche para estresados (Debolsillo, 2009), que fue número uno en ventas en Grecia, y en Brasil vendió un millón en menos de un año. En total habré vendido unos ocho millones de ejemplares.

-Ahora presentas en Córdoba ‘Escrito en la Tierra’.

-Sí, en uno de mis sitios favoritos, el Limbo, y acompañado por mi amiga Silvia Adela Kohan, una excelente periodista argentina. Hace un tiempo publiqué Los lobos cambian el río (Ediciones Obelisco, 2021), primera parte de mi autobiografía, que es un libro muy lineal y muy melancólico, porque es la cronología de mi vida hasta los 30 años y habla de los inicios, mis inicios en la escritura, en las artes, en el amor, en el trabajo, en la espiritualidad…

-Este segunda parte tiene otro tono.

-Sí, es más rocambolesco. Está dividido en tres partes. Una que abarca desde mis 30 años hasta la actualidad, centrada en la producción literaria, ferias, bestsellers, seudónimos, agencias… La segunda es una selección de 70 artículos más atemporales de mi blog Monday News. Y, por último, la parte andaluza del libro, porque la escribí en Las Alpujarras, con 29 años en mi primer retiro budista, que fue un desastre. De allí salió un cuadernito de 140 páginas que es la tercera parte de Escrito en la Tierra.

-Es un libro con muchísimas referencias, decenas de nombres propios y citas de todo tipo de autores.

-He aplicado la máxima de mi maestro en el mundo editorial, Jaume Roselló, que siempre me decía que en cada artículo o libro que hiciese tenía que haber «mucho para picar». O sea, meter una cita, un testimonio, un recuadro, un ejercicio… Que el lector note que la mesa está llena de cosas.

-Hay algunos capítulos que me gustan especialmente, como la emocionante historia de amor de la viuda del hombre que advertía ‘Mind The Gap’ en el metro de Londres, el de la otra mitad de Wham o el de los principios de la república de Uzupis…

-Sí, este último es muy chulo, es un barrio/república que hay en Vilna, la capital de Lituania, y que tiene una especie de principios o de leyes, algunas de ellas curiosísimas. A mí me encanta el del cocinero húngaro y los comensales chinos… Y también me llamó mucho la atención el de un tipo que había frito más de un millón de champiñones. Después de publicarlo me empezaron a llegar mensajes insultándome porque había otro cocinero que había frito más…

-¿Habrá tercera parte de tu biografía?

-Para eso tendría que vivir unos diez años más…

-Después de la presentación habrá un concierto de ‘The Human Fish’, una de tus aventuras musicales.

-Sí, tenemos muchas ganas. The Human Fish surgió hace diez o doce años. Nos juntamos Jordi Medianoche y yo y dimos un único concierto con la única canción que teníamos, así que la hicimos durar diez o quince minutos. Se llamaba Proteus y es la historia de un bicho que vive solo en las cuevas de Postojna, en Eslovenia, es totalmente blanco de piel, es ciego, tiene como manitas y se le llama el pez humano. Dio nombre al grupo y le dedicamos esa canción. Luego no hemos tocado nunca, aunque sí hicimos en Japón otras tres canciones, con Rafael Santandreu, que se pueden ver en Youtube pero que nunca interpretamos en público. De hecho, este concierto en Córdoba va a ser nuestra puesta de largo.

-¿Cuáles son tus próximos proyectos?

-El primero, ir a Córdoba y hacer la presentación en el Limbo. Será este sábado 22 de febrero, a las 19.30, y la entrada es libre hasta completar aforo. Después, publicar un libro con Álex Rovira antes del verano, que es el primero que hacemos de no ficción en siete u ocho años. Y, luego, seguir escribiendo artículos, dando conferencias, en fin, seguir viviendo, si se puede.

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