Trump como gran gendarme del mundo

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El nuevo presidente de Estados Unidos no deja de sorprender, por la iniciativa política en todos los campos, incluido el de las relaciones internacionales. Luego de amenazar con quedarse con el Canal de Panamá y con Groenlandia, luego de opinar que Canadá debería incorporarse a su país, luego de plantear una limpieza étnica en Palestina, ahora sorprendió metiéndose de lleno en el conflicto en Ucrania.

Este miércoles habló con los dos presidentes involucrados: Volodimir Zelenski y Vladimir Putin, pero con el ruso estuvo charlando una hora y media, y hablaron de la finalización de la guerra que ya lleva casi tres años, en base a negociaciones que, en principio, garantizarían las demandas rusas. Una de esas demandas es que Ucrania no entre como miembro a la OTAN, el motivo principal por el que se inició este conflicto. La otra es que Rusia mantenga los territorios conquistados legítimamente en guerra y que considera históricamente como propios: la península de Crimea y la zona del Donbás.

Trump había dicho varias veces, incluso en su campaña electoral, que, si él hubiera sido presidente, esa guerra no hubiera comenzado, y que cuando lo fuera, la terminaría en poco tiempo. Ahora parece haberse puesto manos a la obra. Sin embargo, su actitud unilateral de asumir el rol de mediador, sorprendió a sus socios europeos, quienes bascularon entre la estupefacción y la crítica abierta.

Desde la Unión Europea protestaron contra la exclusión en unas eventuales negociaciones de paz, y desde los gobiernos, el más contundente fue el alemán, cuyo canciller Olaf Sholtz se mostró en contra de «una paz dictada».

Todo esto muestra varias cosas, el pragmatismo de Trump por un lado, evitando enfrentarse por ahora con Rusia y poniendo fin a la larga agonía de Ucrania (ahora vendrá el negocio de la reconstrucción). Pero también muestra la pésima relación con los líderes europeos, que ya se ha manifestado en otros aspectos, como por ejemplo la imposición de aranceles a la importación de acero y aluminio, que afecta directamente a Europa.

En definitiva, pragmatismo puro el de Trump, porque sin su ayuda, Ucrania no puede mantenerse en la guerra, y a esta altura de los acontecimientos, Zelenski es sólo un fusible que perfectamente puede saltar, no así Putin. Es la real politik. Ganará Rusia, que se quedará con los territorios conquistados, ganará Trump, que por un lado se arrogará el éxito de la negociación y por otro lado manejará el negocio de la reconstrucción, y perderán Zelenski y Europa.

Con relación al otro gran conflicto que preocupa al mundo, el de Medio Oriente, Trump también juega fuerte. Después de lanzar su plan de limpieza étnica en Gaza para construir ahí una Riviera sin palestinos, las reacciones en contra fueron contundentes, no sólo de los palestinos sino de todo el mundo árabe, principalmente Egipto y Jordania, dos históricos aliados de Estados Unidos.

Trump había amenazado esta semana conque si Hamás no entregaba los restantes 76 rehenes israelíes antes del sábado al mediodía, «sería el momento propicio para desatar el infierno». Pero finalmente Hamás anunció que seguirá con el plan acordado en el alto el fuego, es decir, entregar tres nuevos rehenes este fin de semana. Hay que ver todavía la actitud del gobierno israelí, que ha quedado en una situación incómoda por el protagonismo de Trump, que eclipsa la figuara de Benjamín Netanyahu. ¿No será que el futuro del primer ministro israelí se parezca al de Zelenski? En definitiva, los genocidas nunca se dan cuenta de que terminan siempre siendo funcionales a poderes superiores. Netanyahu ha sido acusado por delitos de genocidio por la ONU y la Corte Penal Internacional, en poco más de un año ha masacrado a más de 50 mil palestinos, pero después de que termine su trabajo sucio, ¿quién lo sostendrá? Sobre todo, si el mismo pueblo de Israel sigue con sus protestas y su descontento hacia su gobierno.

La gran pregunta sería: ¿qué ganó Ucrania con las aventuras de Zelenski, y qué ganará Israel con el genocidio de Netanyahu?

En el medio, un pragmático Donald Trump que apuesta todo a su rol de sheriff mundial y a seguir ocupando el centro del ring.

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